Apenas entró, Wenyan casi pensó que se había equivocado de lugar.
El salón estaba muy oscuro.
Pero milagrosamente, cada paso que daba dejaba una huella luminosa y colorida detrás.
Claramente, la alfombra había sido cuidadosamente reemplazada.
Con cada paso, parecía como si innumerables diamantes brillantes centelleasen bajo sus pies.
En ese momento, Wenyan sintió como si estuviera caminando entre las estrellas.
Y cada paso adelante hacía que el salón se iluminara un poco más que antes.
En la débil luz, Wenyan se dio cuenta de que todo el salón había sido reorganizado.
En ese momento, no pudo ver a nadie más que a ella misma alrededor.
—¿Mamá? ¿Papá? ¿Hermano mayor? Segundo hermano, cuarto hermano? ¿Están todos escondidos? Ya sé que esta es la sorpresa de cumpleaños que han preparado para mí. ¡Por favor, enciendan las luces!