—Apúrate, ¿qué es exactamente lo que quieres decirme? Si tardas más, el equipo de producción notará que hemos silenciado nuestros micrófonos.
—En realidad, quería hablarte de aquella noche en casa cuando me pediste un préstamo.
—¡Hmm!
—Um... —Su cara se agrió. ¿Podemos seguir conversando? Si le digo que he perdido la memoria, ¿no me alejará?
—Shen Jingchuan: ... Podía tener mal genio, pero ¿realmente parecía alguien que estallaría violentamente en cualquier momento?
—Sigue hablando.
—Está bien, pero antes de eso, quiero contarte sobre una aventura que tuve. Puede sonar extraño, pero absolutamente no miento —dijo Wenyan.
—Shen Jingchuan: ... ¿Podría haber algo más extraño que descubrir repentinamente que podía escuchar los pensamientos de alguien después de volver al país?
—Fue así. ¿Sabes sobre la impostora Shen Zhirou, verdad?
—Obviamente.
—Entonces sabes que fui el primero en notar que algo andaba mal, ¿verdad?
—Lo sé, mamá ya me lo dijo. En realidad... déjalo.