Al ver a Pei Ziheng inflarse como un pez globo, la primera reacción de Shen Mingzhu fue pensar que había molestado a Wang Xiuzhu para impedir que subiera al barco a jugar, y por eso estaba molesto.
Mientras se acercaba para consolarlo, escuchó a Pei Ziheng preguntarle:
—¿Si ella aceptara darte un millón, realmente venderías a Papá?
Shen Mingzhu se quedó helada por un momento, dándose cuenta de que esto era lo que lo tenía molesto, y no pudo evitar sentirse un poco juguetona.
Asintió seriamente:
—Vender, ¿por qué no vender?
Pei Ziheng estaba tan enojado que estaba a punto de explotar.
Shen Mingzhu describió soñadoramente la vida que tendrían con dinero: