—Señorita Segunda, sus artículos han sido devueltos —Yan Su se sorprendió ligeramente al ver los tres cajas de regalo grandes y exquisitamente arregladas en la mesa de café.
—¿Tantos?
—El regalo es tan importante como el sentimiento detrás de él, lo que muestra que la señora Pei realmente quiere agradecer a la Señorita Segunda —El chofer sonrió.
Yan Su se inclinó y abrió las tres cajas de regalo una por una, y la dulce fragancia llenó instantáneamente la habitación.
Una caja contenía caramelos blandos, divididos en seis compartimentos, con caramelos de diferentes colores en cada uno.
Yan Su pellizcó uno rojo; tenía un rico sabor a fresa, con solo un toque de dulzura —simplemente perfecto.
Después de probar un poco de todo de las tres cajas, Yan Su dividió el contenido, guardando la mitad para ella y enviando la otra mitad a Yan Jing.
Yan Jing había renunciado al azúcar durante muchos años, así que seguramente disfrutaría de estos dulces sin azúcar y caramelos blandos.
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