—¿Por qué no? —preguntó Lu Qingyi.
Ella ya ha completado cuatro años en la Universidad Hardwick, y ha sido profesora durante bastantes años.
—¿Crees que puedes ir a Hardwick si te apetece?
Lan Xi se rió de este comentario.
—No llegarás a Hardwick —respondió Lu Qingyi dando a Lu Jiayue una mirada fría.
Así lo dijo.
¿Estudiar en Hardwick? Aún no había aceptado.
Incluso temía que la hipocresía de Lu Jiayue contaminara Hardwick.
—Hermana, sé que no soy muy capaz, pero ¿no deberías animarme? —miró a Lu Jiayue con una expresión de agravio, como si estuviera a punto de llorar en cualquier momento.
—¡Qué espectáculo! —se rió Lu Qingyi.
—Por cierto, hermana, mamá te pidió que vinieras a cenar este fin de semana —dijo Lu Jiayue, como si de repente recordara algo, y se golpeó la frente.
—No voy —respondió.
No dijo que no volvería, dijo directamente que no iría.
Nunca consideró ese lugar como su hogar. La Mansión Lu no era su hogar, ella era solo una invitada no deseada.
