La pausa mensual llegó rápidamente, con Lu Qingyi sentada en el aula, girando distraídamente un bolígrafo, con una expresión de aburrimiento cruzando por su rostro.
—Hermana Qing, ¿no quieres ir a casa? —Luo Jia se giró para mirar a la melancólica Lu Qingyi.
Compartía dormitorio con Lu Qingyi y sabía que Lu Qingyi era indiferente hacia su familia.
La expresión de Lu Qingyi era indiferente. —Mmm.
«Espérame en la puerta de la escuela esta tarde.»
Su teléfono vibró. Lu Qingyi lo sacó y vio el mensaje de texto de Lu Yao.
Ja.
Curvó ligeramente los labios, sin responder.
El último viernes de la pausa mensual siempre pasaba rápidamente, y en un abrir y cerrar de ojos, era la tarde.
Tanto los estudiantes internos como los externos esperaban con ganas las pausas mensuales.
Lu Qingyi apoyó su barbilla en su mano y observó cómo sus compañeros salían poco a poco de la escuela, sus rostros rebosantes de sonrisas.
Su expresión se oscureció ligeramente.
