Lu Qingyi revisó cada fotografía en la caja, su sonrisa nunca abandonó su rostro.
—Puedes elegir algunas, aunque ella sea tu mamá, también es mi mejor amiga —dijo Wen Wanyu, quien no podía soportar darle toda la caja de fotos a Lu Qingyi.
—Está bien —respondió Lu Qingyi.
Lu Qingyi eligió cuidadosamente algunas fotos y las guardó en su bolsillo.
—Tía Wen, quiero aprender a tejer bufandas —Lu Qingyi respiró hondo antes de hablar despacio, sintiéndose algo avergonzada.
Lu Qingyi nunca había sido de molestar a los demás o pedir ayuda, por eso todavía se sentía un poco incómoda al respecto.
—¿De verdad quieres aprender? —Wen Wanyu sonrió de repente, sus ojos se llenaron de diversión al mirar a Lu Qingyi.
Lu Qingyi asintió.
—Está bien, te enseñaré. ¿Estás planeando tejer una bufanda para el Abuelo Xu? —Wen Wanyu soltó una risa suave, le dio una palmadita a un lugar a su lado, su tono era muy gentil.