—Lo tendré en el futuro —Luo Xinxin se mordió el labio fuertemente y dijo—. Su abuelo es tan poderoso, y ella tampoco se queda atrás. Muchas personas ya son bien conscientes de su talento. ¿Acaso no teme carecer de fama una vez que se gradúe de la universidad? Su fama definitivamente sería mayor que la de Luo Youshan.
—No, no la tendrás —Lu Qingyi afirmó.
—Quizás después de encontrarse con Xu Boyan, se había suavizado considerablemente. Ya no estaba tan interesada en recurrir a la violencia y tampoco le agradaba la idea de derramar sangre.
—¿Qué te hace decir que no la tendré? —Luo Xinxin estaba algo molesta por la declaración de Lu Qingyi.
—Porque soy Lu Qingyi —Lu Qingyi levantó ligeramente la comisura de sus labios—. Podía manejar a Luo Xinxin sin recurrir a la violencia. Las palabras solas eran suficientes.
—¿Por qué? Porque era Lu Qingyi. Podría ser tan audaz y desenfadada.