—Xu Boyan, ¿a dónde te diriges?
Justo cuando Lu Qingyi salió de un taxi, vio a Xu Boyan preparándose para irse y de inmediato lo detuvo.
Qiu Long y Xu Yi estaban acompañando a Xu Boyan.
Qiu Long bajó la cabeza.
—Los muelles —Xu Boyan giró la cabeza para mirar a Lu Qingyi—. ¿Por qué no llevaste a Qiu Long contigo? No estaré tranquilo si vas solo.
Vio que Lu Qingyi estaba sana y salva y suspiró aliviado, hablando suavemente.
—Xu Boyan, como sabes, no me gusta que la gente me siga —Lu Qingyi miró a Qiu Long y habló lentamente.
Si Qiu Long iba con ella, sería inconveniente para actuar.
—La próxima vez recuerda informarme, ¿sí? —Xu Boyan caminó hacia Lu Qingyi, extendió la mano y le despeinó suavemente el cabello.
Lu Qingyi asintió:
—De acuerdo.
—Quédate en casa tranquilamente y espérame. Volveré después de encargarme de algunos asuntos, ¿está bien? —La voz de Xu Boyan era sorprendentemente suave.
—Yo también voy —Lu Qingyi negó con la cabeza y dijo.