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El futuro es tan largo y ella ya ha decidido pasar su vida con Xu Boyan. Solo que no sabía si Xu Boyan siempre le sostendría la mano.
—Niña, no soltaré tu mano.
Xu Boyan sostenía la mano de Lu Qingyi con una mano y lentamente alzó la otra para acariciarle la cabeza. Su voz estaba llena de cariño.
Por supuesto, no soltaría la mano de su pequeña.
—En el futuro, si hay algo, dímelo, te acompañaré. No lo soportes en silencio sola, ¿de acuerdo?
Lu Qingyi no respondió a sus mensajes ni devolvió sus llamadas durante los últimos dos días, él sabía que Lu Qingyi estaba bien, pero aún estaba muy ansioso.
Era como una hormiga en una olla caliente.
No sabía qué había estado haciendo Lu Qingyi durante ese tiempo, y si ella no quería decir, él no preguntaría.
Solo sentía lástima por la chica, temiendo que estuviera soportándolo todo por sí misma.
—De acuerdo.
Lu Qingyi asintió suavemente, pero su corazón estaba un poco enredado.