—Han Yu siempre había sido escéptico sobre tales asuntos, pero en los últimos días, muchas cosas que había descubierto sobre su esposa no parecían tener sentido mediante el razonamiento ordinario, especialmente las palabras que ella pronunció durante el parto. Aunque él no lo había mostrado, guardó esas palabras en su corazón, y algunas conjeturas estaban a punto de emerger. Además, el inquieto girar y revolverse de su esposa en la cama indicaba que debía haber algo en su mente. El tono de su voz no dejaba lugar a broma, obligándolo a reflexionar más.