—Hmm, Xiao Chi vino específicamente a protegerme, ¿y tú... también lo notaste?
—Siempre había sentido que Su Xiaochi no era diferente de otros guardaespaldas, pero ahora se daba cuenta de que había sido demasiado simplista en su pensamiento.
—Jing Yu sonrió—. Entonces, ¿crees que el aura de la Señorita Su y la del Tío Tang son similares?
—De hecho lo son —admitió.
Tang Shu pensó por un momento y finalmente entendió lo que él quería decir.
Su Xiaochi y el Padre Tang eran ambos del tipo con habilidades excepcionales, pero lo que los diferenciaba de los demás era una cierta presencia marcial que llevaban consigo.
Esto no era algo que poseyeran los guardaespaldas comunes.
Por su parte, habiendo descubierto la identidad de Su Xiaochi, Jing Yu no pudo evitar comenzar a dar lecciones.
—Sé más cuidadosa cuando salgas últimamente, y puedes llamarme si pasa algo. La Señorita Su debería poder asegurar tu seguridad .