Bai Xue fue reprendida por la joven, y las palabras que salieron de la boca de An Hao le molestaban sin importar cómo las escuchara.
—¡An Hao, si sigues hablando así, tendré que aclarar las cosas contigo! —La cara de Bai Xue se oscureció mientras miraba fijamente a An Hao y la acusaba con gran intensidad—. ¡Sé que nunca me has querido, solo porque soy una madrastra! ¡Me atacas en todo lo que dices y haces! Tu papá se ha lastimado la pierna, y estoy más ansiosa por ello que nadie. ¿Acaso no cuesta dinero buscar tratamiento médico? La familia es pobre y no puede permitírselo. Solo estoy exponiendo la realidad, ¿por qué te alteras conmigo? ¿Acusarme públicamente frente a toda esta gente? ¿Quieres avergonzarme e indirectamente decirle a todos que como nuera soy indiferente y carezco de compasión?