A varios metros del agujero en el reino secreto estaba Loli Elga, quien actualmente observaba las trazas de sangre carmesí sobre las hojas marchitas. Se inclinó, levantó una hoja y la olió.
El rabillo de su boca se inclinó hacia abajo. No pertenece a un monstruo, lo que significa que debe ser de un jugador.
Elga apartó la vista de los alrededores y notó un rastro de sangre que iba en una dirección diferente. Caminó siguiendo el rastro sangriento, hacia la cima de la montaña.
Monstruos aparecían mientras avanzaba por el camino, pero el arma doble que el Maestro manejaba los hacía pedazos.
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[Has conseguido un Caldero de Alquimia de Resultado Decaído, Gold-Grade.]
Un caldero metálico con un diámetro de medio metro que emitía una tenue luz azul apareció. Extrañas inscripciones de un monstruo desconocido estaban forjadas en su cuerpo, volando entre las nubes.
Pequeño Mantou y Pequeño Ginseng rodearon curiosos el caldero y tocaron la superficie fría.
