—Esa mujer es un verdadero dolor en —Damien controló su ira y suavizó su tono ya que Evelyn también estaba presente.
El puño de Zevian se cerró, la ira brillando en sus ojos. Estaba dispuesto a tolerar todas las quejas de Sabrina mientras no involucrara a su hija en su disputa. Pero ahora que lo había hecho, no iba a dejarla salirse con la suya fácilmente.
—Prepara al equipo —ordenó a Juan, su voz tensa por la furia, provocando que todos en la sala se tensaran. Incluso Damien se dio cuenta de que su amigo estaba perdiendo el control y que era necesario evitar tal desastre. El demonio dentro de Zevian debía mantenerse inactivo por la seguridad de todos.
Zevian pasó de largo junto a Damien, quien intentó retenerlo, pero afortunadamente Evelyn intervino. —¡No, espera! —Ella agarró su mano, haciendo que él se volteara y la mirara fijamente.
—¡Respira! —Evelyn exigió, sujetando su muñeca con fuerza.