—La conmoción que recorría el cuerpo de Zevian era eléctrica, dejándolo paralizado por un momento mientras los labios de Evelyn se presionaban contra los suyos. Su mente luchaba por dar sentido a lo que estaba sucediendo, debatiéndose entre el deseo de detenerla y la abrumadora sensación que había surgido entre ellos. Su corazón martilleaba en su pecho, cada latido sincronizado con el pulso de su apasionado beso, y sus emociones se sumían en el caos.
Antes de que pudiera retroceder, Evelyn se movió sobre él, montándolo en su cintura sin vacilación. Sus labios buscaron los de él nuevamente, esta vez con más urgencia, más calor. Sentía el peso de su cuerpo presionado contra el suyo mientras ella profundizaba el beso, su pasión tomando control. Sus manos instintivamente se agarraban a los bordes de la bañera, intentando anclarse, pero el resbaloso porcelana ofrecía poca resistencia.