Ambos Zevian y Evelyn miraron en la dirección que Avery señaló, con los ojos abiertos de sorpresa. Cuando no vieron a nadie que se pareciera al Señor Igor, volvieron su atención a Avery, quien rompió a reír.
—Estaba bromeando —murmuró Avery. El agarre de Zevian sobre Evelyn se relajó mientras él avanzaba hacia Avery, con los ojos llameantes de ira. Avery instintivamente retrocedió, presentiendo la tormenta que se formaba. Antes de que pudieran continuar su discusión, Sophia y Annabelle se acercaron hacia ellos.
—¡Ah, tienen el descaro de aparecer! —Avery murmuró bajo su aliento, sus labios curvándose en desdén ante la sonrisa empalagosa de Sophia.
—Tu padre está enfermo y no pudo venir a la fiesta, Evelyn. Pero ha enviado sus bendiciones para ambos —dijo Sophia, disimulando la ausencia de su esposo. El odio de William hacia Evelyn solo había crecido después de la confesión de Annabelle en línea, y eso era lo único que importaba para Sophia.