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Solo entonces Chen Liang suspiró aliviado. Se dio la vuelta y le dijo a la Señora Zhou —Hu Liang ha sido malcriado por sus padres hasta este punto. Cada vez que hacía algo mal, no le pegaban, regañaban, ni le enseñaban una lección. Incluso lo protegían y lo consentían como si fuera la niña de sus ojos. Ahora, alguien más le ha enseñado a su hijo cómo ser una persona. Tienen que recordar no criar a Niu Dan como él—. La Señora Zhou y la Señora Song asintieron.
Viendo que el asunto se había resuelto, Ah Kuan se despidió. Chen Liang expresó sus disculpas por haberlo retrasado.
Ah Kuan no tenía problema con ello. La irracional familia Hu no tenía nada que ver con Chen Liang.
Tan pronto como se fue, Chen Liang miró a Gu Yundong, quien estaba quietamente de pie al lado. Una sonrisa apareció al instante en su rostro, y se sintió mucho más relajado —Yundong, ¿por qué estás aquí?
—Vine a comprar tierra del Tío Chen—. Yundong lo siguió a la sala central.
