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Chapter 2 - La Academia UNION

Tras un viaje ligeramente extenso, finalmente Rio pudo hacer acto de presencia en la institución más prestigiosa de toda Lemuria, la Academia Militar UNION.

Mirando su celular con algo de prisa, comprobó que hubiese llegado a tiempo.

— ¡Bien! Son las 7:20 am, de alguna forma lo logré.

Después de haber revisado su puntualidad, contempló la inconmensurable extensión del campus.

Estaba completamente fascinado; la esplendidez de la moderna estructura era suficiente para conmover a cualquier persona por sí sola.

— Podría quedarme aquí todo el día, pero probablemente me salga caro. Ahora, vamos a ver...

Rio prestaba atención a su alrededor con la mano situada en su frente como si de un saludo militar se tratase, parecía estar buscando algo.

Y es que, en efecto, estaba buscando algo. Los estudiantes recién llegados a UNION deben asistir de inmediato a la ceremonia de apertura dirigida por el director, la cual se llevaba a cabo en el auditorio.

Claramente, Rio deseaba asistir a dicho evento, pero el sitio era tan grande que había perdido sentido de su ubicación actual. Quizás si hubiera seguido el sendero hubiera podido encontrar el auditorio, pero, ¿quién sabe cuánto tiempo podría haberle tomado?

Era probable que hubiera llegado tarde a la ceremonia de apertura o que inclusive ni siquiera llegara.

Pero aquello que se conoce como casualidad apoyó a la suerte del joven muchacho.

— Buenos días, estudiante. ¿Está perdido?

Una voz joven femenina surgió detrás de Rio. Su tonalidad era, por sobre todas las cosas, firme; transmitía una sensación autoritaria y de confianza.

Al darse media vuelta, siendo atraído por la repentina entonación de la pregunta, Rio se llevó una inesperada sorpresa.

— ¡Ah-! ¡Tú eres...!

La emoción y la estupefacción provocaban que la boca de Rio dejase salir pequeñas frases entrecortadas.

— ¡Wahhh! ¡¿Pero si no es Rio?!

La doncella tallaba una sonrisa de oreja a oreja en su rostro. El brillo de sus ojos por la emoción era equiparable a la luminosidad de varias estrellas juntas.

Era una atractiva adolescente de ojos color pardo claro como las nueces avellanas y cabello negro largo con un degradado verde oscuro en las puntas.

— Ha pasado tiempo desde la última vez que pudimos hablar. ¿Qué tal te va?

Al contrario que hace un instante, la chica se expresaba con más soltura. Ya no daba esos aires de grandeza previos, sino más bien una presencia más femenina y común.

— Ah, eh... supongo que me va bien...

Intentando disimular entusiasmo, Rio otorgó a la chica una respuesta, pero él era muy transparente.

La perspicaz joven pudo darse cuenta de que estaba mintiendo al instante.

— Por esa expresión en tu rostro puedo suponer que no has tenido mucha suerte haciendo amigos, ¿eh?

La chica mostraba un rostro burlón mientras se dirigía a Rio. Había confianza entre ambos estudiantes.

— E-Eso no es asunto tuyo... — Murmuraba Rio mientras apartaba la mirada, ligeramente ruborizado.

El nombre de la chica era Naomi Kakugo, la mejor amiga de la infancia de Rio. Fue quien sugirió la adopción de los hermanos cuando murieron sus padres.

De forma casual y sin segundas intenciones, Rio dio un vistazo rápido al cuerpo de Naomi y se percató de que en su antebrazo derecho traía puesto un brazalete que simbolizaba su integración al Consejo Estudiantil.

— ¿Otra vez eres la presidenta del Consejo Estudiantil? Tú nunca cambias.

— Qué bien me conoces. — Pronunció la muchacha con tono de alarde.

Tenían muchas ganas de conversar juntos después de tanto tiempo, pero no era el momento adecuado. Habiendo matado bastante el tiempo, Rio recordó lo que quería hacer en primer lugar y fue directo al grano.

— Ah, cierto, quiero llegar al auditorio antes de que empiece la ceremonia de apertura. ¿Sabes dónde queda?

— Si, claro. Pero primero debes darme eso.

La chica pedía el objeto cubierto que Rio llevaba consigo.

— Está bien, pero, ¿por qué lo necesitas?

— Todos los estudiantes tienen prohibido portar sus armas durante las conferencias en el auditorio. El Consejo Estudiantil es responsable de cuidarlas mientras tanto.

— Ya veo, así que es eso. En ese caso, te la confío.

Rio entregó el objeto a Naomi y ambos partieron hacia el auditorio.

Ciertamente, la Academia UNION era todo un espectáculo para la vista.

No importaba hacia dónde mirase, cualquier minúsculo rincón del complejo era más que suficiente para capturar la atención del alucinado Rio.

Mientras caminaban, atravesaron un bello parque lleno de árboles de cerezo.

Era bastante curioso que estos árboles estuvieran floreciendo en pleno septiembre, pues suelen florecer en primavera, época que ya había pasado. Sin embargo, ahí estaban, creciendo y floreciendo en todo su esplendor. Sin duda, era obra de la magia.

— Ehh... No sabía que la magia podía mantener plantas en floración.

— La magia puede incluso romper las leyes de la física, Rio.

— W-Wow...

Rio se había quedado atónito, pero no por la revelación que Naomi le había hecho, sino por el sublime panorama que yacía frente a su campo de visión.

Se había parado en seco.

Sentada con una postura maravillosa en un banquillo situado cerca de los árboles de cerezo, una hermosa chica contemplaba las hojas descender.

Su cabello cubría uno de sus ojos y su color era una ligera combinación de rosa y púrpura... podría ser llamado un color fucsia.

Sus ojos eran del mismo color de su cabello, pero eran tan majestuosos como las estrellas de la misteriosa galaxia Andrómeda. No hace falta obviar las cosas, pero era una chica sumamente atractiva.

— ¡Apresúrate, Rio! ¡O llegaremos tarde! — Vociferaba Naomi desde la distancia a Rio, quien se había quedado congelado al concentrar su mirada en la bella señorita.

Volviendo en sí, se dio unas palmadas en la cara para despejarse y volver con Naomi.

— Qué chica tan bella... Me pregunto de qué año será... — Pensaba Rio mientras seguía su camino junto a la presidenta.

Conforme se alejaba, la muchacha se percató de su presencia y observó cómo se distanciaba con un rostro de sorpresa, como si hubiera encontrado algo que estuviese buscando durante mucho tiempo.

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Una multitud de estudiantes tenían ocupados los asientos del auditorio de UNION.

Fácilmente, se podría decir que todos los nuevos alumnos de primer año estaban ahí presentes; quizás unos pocos más de 70.

Cumplir con los requisitos para entrar a UNION, así como también superar el examen de ingreso no era nada fácil, por lo que semejante cantidad de alumnos de por sí ya era bastante.

Rio y Naomi estaban sentados en la 1ra fila de sillas, atentos al discurso que el director pronunciaba desde hace ya unos minutos.

Era un hombre de aproximadamente unos 30 años a juzgar por su apariencia. Sin embargo, rebosaba juventud.

Su estatura se podría decir que superaba los 1.8 metros de altura.

Tenía el cabello rubio y recogido en una trenza mediana, y sus ojos eran de una tonalidad dorada. Vestía un conjunto negro y blanco de alta clase, acompañado de una capa que combinaba con el color de su atuendo.

Si hubiese que describir a ese hombre en una sola palabra, esa definitivamente sería "Noble".

— Muertes, guerras, revoluciones, restauraciones, independencia, clasismo y prosperidad.

El director terminaba de pronunciar su discurso citando una frase del Gobernador de Lemuria y fundador de UNION, Julius Alexander Bond.

— Es el proceso que ha sufrido el continente de Zekira desde su nacimiento. Es el proceso que ha provocado que actualmente nos encontremos divididos y alertas ante cualquier posible conflicto. Es el proceso que nos ha traído hacia este momento, hacia la fundación de este lugar. Esta academia será el símbolo que represente la mayor virtud de nuestra nación: La igualdad social.

El ilustre caballero, director de la Academia UNION, Vandyck Von-Freeichs, alzaba su mano hacia adelante para referirse a sus estudiantes.

— Ustedes que yacen aquí, oyentes a mis palabras, son las jóvenes semillas que serán cultivadas en este invernadero militar, para posteriormente ser cosechadas cuando se hayan vuelto dignos portadores del ideal lemuriano. Crezcan, aprendan de sus errores, confíen en sus compañeros, promuevan la igualdad, vuélvanse los pilares de la fundación de un nuevo mundo, creen una nueva etapa en la evolución histórica de Zekira... y dejen un legado que otorgue inspiración a las futuras generaciones del porvenir.

Un silencio estremecedor se apoderó de todo el auditorio, todos estaban estupefactos con el discurso del director Vandyck.

Su carisma era tanto, que sus palabras lograron llegar al alma de cada individuo presente, no solo estudiantes, sino también profesores de la academia.

No obstante, aquello que parecía ser un silencio incómodo, como si de una situación delicada se tratase, se convirtió rápidamente en una ráfaga de aplausos por parte del público.

Los sonidos de las palmadas resonaban con armonía por todo el auditorio, demostrando el carisma que poseía el director.

Tras unos pocos segundos, detuvo las ovaciones.

Después de compartir algunas pequeñas informaciones parcialmente importantes, anunció la más destacable de todas, aquella que era el rasgo que caracterizaba a UNION y daba sentido a su nombre: La aceptación de cualquiera, independientemente de estatus social, lugar de origen o raza.

Si, UNION, además de ser una institución prestigiosa por el calibre de su profesorado y la cantidad de gastos involucrados en su construcción, también era la única que aceptaba estudiantes sin importar cuáles fueran sus condiciones, cosa que no era muy común en Zekira dada la división social entre sus naciones.

El hecho de que UNION aceptara cualquier tipo de alumnos era algo que inquietaba a los ya presentes en ese momento, pues se verían obligados a respirar el mismo aire que la raza más temida y despreciada, no solo en Lemuria, sino en todo Zekira, los Undead.

Los Undead son una raza que, a simple vista, parecen simples seres humanos. Sin embargo, al transcurrir un plazo de dos semanas, estos empiezan a presentar características anormales en lo que sería una persona común y corriente.

Su piel se vuelve completamente blanca como la nieve, sus pupilas se transformaban en un par de brillantes gemas de color carmesí, mientras la esclera de sus ojos se tornaba completamente negra. Pierden completamente la capacidad cognitiva y actúan extremadamente violentos, de ahí que los llamaran por su nombre, ya que se comportaban como zombis.

Afortunadamente para todos, UNION no tenía actualmente registrado a ningún Undead.

Al finalizar el evento, el director cedió el resto de las orientaciones a los miembros del recién formado Consejo Estudiantil, aunque Naomi no participó en el evento.

Se ofreció un tour por toda la escuela, mostrando el interior de todas las edificaciones de manera que cada cual supiera las ubicaciones de cada clase, clubes y demás lugares relevantes. Rio pertenecía a la clase 1-F por lo que se le fue orientado en el recorrido.

Por último, se informó que las becas estudiantiles comenzarían al siguiente día e iban a ser de carácter obligatorio, por lo que cada cual debía confirmar su estancia en los dormitorios.

Por supuesto, no hubo problemas por esa parte; todos habían asegurado su estancia previamente en los dormitorios de UNION... excepto Rio, quien no le había dicho nada de nada a su hermana menor.

— ¡Maldición! ¡Me olvidé por completo de contarle a Mirai al respecto! — Gritaba Rio en lo profundo de su mente.

Al finalizar las actividades escolares, optó por irse derecho hacia su casa para avisar a la desinformada niña de su beca y acompañarla una última noche en casa.

El Sol se ocultaba por el horizonte y la noche comenzaba a caer.

Casi al Rio poner un pie fuera del recinto escolar, Naomi, quien también iba de salida, lo detuvo, gritándole desde el tejado del edificio principal de UNION de seis pisos de altura.

— ¡Riooooooo!

El muchacho se dio media vuelta, siendo detenido por el llamado de su amiga.

Fijó su atención en ella, le sonrió sarcásticamente y le mostró una seña para que se apurase, pues supuso que ella bajaría.

Cuando Naomi se reunió con Rio, le entregó su arma y le propuso caminar juntos hacia casa, ya que ambos vivían en la misma dirección. Sin ningún problema, Rio accedió a la propuesta y ambos emprendieron una pequeña travesía hasta sus entrañables hogares.

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El ambiente tan relajante y pacífico de Ark City al anochecer, combinado con las brillantes luces de las residencias de los alrededores, convertían las calles en un paraíso tranquilizante, donde simplemente dar un paseo era revitalizador.

— La ciudad se ve hermosa de noche, ¿no te parece? — Preguntaba Naomi.

— Si. La naturaleza también hace lo suyo para aportar belleza al panorama. — Complementaba Rio, quien tenía su mirada puesta en el estrellado cielo nocturno.

La presente noche era perfecta para contemplar y mirar hacia atrás en el pasado a rememorar antiguos momentos que provocaban nostalgia.

Era justo lo que Rio y Naomi estaban haciendo en ese momento. Ambos conversaban acerca de recuerdos de su niñez; temas tan triviales como los juegos que efectuaban, los berrinches que solían hacer o lo caprichosos que podían llegar a ser.

El diálogo trajo sonrisas a la pareja conocida, hasta que finalmente llegaron a una división de camino.

— Oye... ¿qué tal si tú y Mirai vienen a dormir esta noche a casa?

Naomi y Rio técnicamente son hermanastros y habían dormido juntos en un mismo hogar durante años. Era algo totalmente normal para ellos.

No obstante, Rio se negó educadamente, aunque con un tono algo forzado y sarcástico. Trataba de molestar a Naomi en última instancia.

— Es inútil que lo intentes. Mejor conserva saliva, que es más útil dentro de tu boca.

Naomi no tenía miedo de ser un poco hostil hacia Rio en plan juguetona. Molestarlo periódicamente ya era una costumbre para ella. A pesar de tener la misma edad, ella emanaba aires de hermana mayor.

— Sin embargo... Es una lástima que no vengas a quedarte con nosotras. Hubiera sido divertido tenerte en casa junto a Mirai, como en los viejos tiempos.

— Será para la próxima, entonces. — Contestó Rio, sin brindarle mucha importancia al asunto.

En su rostro se había tallado una sonrisa. Sin embargo, no era una sonrisa sincera, sino una falsa para ocultarle a Naomi sus preocupaciones.

Naomi conocía a Rio perfectamente y se percató de que se traía algo entre manos.

— ¿Te pasa algo?

— ¿A qué te refieres?

— Vamos, no trates de ocultarlo. Puede que los demás no se den cuenta, pero yo sí me percato cuando te sucede algo.

No había manera de que Rio pudiese esconderle a Naomi sus inquietudes. Vivir tanto tiempo junto a ella hizo que se familiarizara demasiado con él.

— Hm... es que me olvidé de decirle a Mirai que a partir de mañana no podría volver a casa durante un tiempo por la beca en la academia... No sé cómo voy a enfrentarla cuando llegue a casa...

Naomi entendía lo que Rio sentía, pues era consciente de una antigua promesa que él le había hecho a su hermana. Pero fue capaz de levantarle los ánimos a Rio sin mucho esfuerzo.

— No creo que debas preocuparte tanto por eso. Mirai es una chica bastante racional a pesar de su edad. Seguro que ya sabía acerca de la beca de UNION antes que tú. Además, ambas sabemos que eres un completo desastre, por lo que no es raro que lo olvidaras. Solo díselo de frente, ella te perdonará.

Desde su interior, Rio sintió una profunda calidez. Era como si las palabras de Naomi se hubieran convertido en ese consuelo que estaba buscando.

Algo confiado, observó con alivio a la chica, le sonrió y agradeció por su ayuda.

— Me siento un poco inútil con respecto a todo esto... pero bueno, supongo que tienes razón. Gracias, Naomi. Ahora me siento mejor.

— No hay de qué, "hermanito".

— Aunque seamos hermanastros, que me digas así a estas alturas es un poco... raro.

— Jejeh, tienes razón.

Sin más que decir, ambos se despidieron y cada uno siguió por su camino.

— Asegúrate de levantarte mañana temprano. Las clases en UNION comienzan a las 7:30 am.

— Eso haré. Nos vemos mañana, Naomi. — Rio se despedía mientras agitaba suavemente la mano en una seña de despedida.

— Hasta mañana, Rio. — Naomi devolvió el adiós mientras se daba media vuelta y continuaba su camino.

Rio reanudó su andar a través de su sendero, hasta que, tras unos minutos de caminata, llegó a su residencia.

Las luces del hogar de los hermanos estaban encendidas y el joven estudiante las contemplaba desde fuera en todo su esplendor. Evidentemente, Mirai aún seguía despierta.

Rio llamó dos veces a la puerta de su casa con toques ligeros y, antes de tener que hacerlo una tercera vez, Mirai, adornada con un adorable suéter de color blanco y mangas largas que se extendía hasta encima de sus rodillas, abrió la puerta y recibió a su hermano.

— Bienvenido, hermanito.

La sonrisa angelical de la niña era más que suficiente para devolverle al agotado joven la energía que había gastado.

— Si... Ya he vuelto, Mirai.

Contemplando la mirada inocente de su hermana, Rio sonrió y recargó sus baterías.

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Habían pasado ya unas horas desde que oscureció, se podría decir que eran aproximadamente las 10:30 pm.

Tras haber degustado la deliciosa cena que con tanto afecto le había preparado su hermana, Rio, quien ahora vestía solo una camisa amarilla y pantalones negros cortos, decidió hablarle a Mirai acerca de su beca en UNION.

La niña se encontraba sentada en el sofá de la sala de estar. Se veía pensativa, como si estuviera intentando resolver un problema matemático.

— ¿Qué tienes, Mirai?

Abriendo los ojos con gran impresión, como si hubiera vuelto a la realidad, Mirai dirigió su atención hacia su hermano.

— A-Ah... Solo... estaba pensando en algo...

La niña se mostraba preocupada, claramente, tenía algo que decir.

Sin embargo, en vez de hacerle saber a su hermano acerca de sus preocupaciones, intentó persuadirlo.

— Más importante, ¿qué tal te fue hoy en tu nueva escuela?

Rio notaba algo raro en su hermana. Normalmente, la niña era segura de sí misma y nunca dudaba en decir lo que pensaba, por lo que la inseguridad que mostraba actualmente era algo raro de mirar. Era curioso, pero si ella no hablaba, él no la obligaba.

— Ah, al principio fue... bastante impactante. ¡La Academia UNION era asiiiiii de grande! — Exclamaba Rio mientras extendía sus brazos, intentando representar el tamaño de la edificación.

— ¿Y sabes qué? Me encontré a Naomi. Sabía que iría a UNION con lo inteligente que es, aunque me sorprendió un poco cuando la vi.

— ¡¿Oh, la hermana Naomi?! Es cierto que ir a UNION es algo propio de ella. No me esperaba menos.

Habiendo roto el hielo, Rio aprovechó el momento para contarle a Mirai sobre su situación.

— Por cierto, Mirai... hay algo que debo contarte.

— ¿Qué cosa?

— ¿Cómo te digo...? Es que tengo... esto...

Rio no sabía cómo le iba a decir a su hermana algo tan importante.

A simple vista parecía una trivialidad, pero para Rio no lo era. Él había jurado mantenerse junto a su hermana todo el tiempo después de la muerte de sus padres, así que separarse repentinamente de ella haría ver que sus palabras en aquel momento solo eran un juramento vacío.

Mantenerlo oculto durante más tiempo solo iba a empeorar la situación en un futuro, así que reunió el valor suficiente para afrontar su responsabilidad.

— Mirai... a partir de mañana, estaré becado en la Academia UNION y no podré volver a casa durante un tiempo. Sé que es repentino. Es algo que ya sabía desde antes, pero... había olvidado decírtelo...

Las palabras de Rio comenzaban a escucharse cada vez en un tono más bajo, hasta que no pudo continuar hablando de esa manera; sentía que solo se estaba justificando.

— ¡Lamento mucho no haber sido responsable y decírtelo! Comprendo si estás enojada... es normal. Ahora no voy a poder estar a tu lado...

Sintiendo un profundo arrepentimiento en todo su ser, Rio agachaba la cabeza.

Sin embargo, la reacción de la niña fue algo inesperada. No se mostraba molesta o incómoda, sino impactada y aliviada.

— Así que era eso lo que querías decirme. Bwah... qué susto. Creí que dirías otra cosa.

— ¿Eh...?

La niña se acomodó en el sofá y comenzó a rascarse con su dedo índice el rostro ligeramente. A su vez, sentía vergüenza de mirar a su hermano directamente a los ojos.

— A decir verdad... en la Secundaria Yuuki también tendré que becarme... No sabía cómo iba a decírtelo por nuestra promesa de hace años, así que... me siento un poco reconfortada de que tú hayas sacado el tema primero.

Rio estaba completamente atónito. No creyó que su hermana, quien era una persona tan decidida, tuviera dificultades para expresarse en situaciones como esa.

— Ohh... supongo que era de esperarse que Mirai tuviera que becarse en esa aclamada escuela femenina. — Pensó Rio.

De repente, la niña volvió a establecer contacto visual con su hermano, exaltándolo en el proceso.

El rostro de Mirai estaba completamente ruborizado. Se sintió muy avergonzada por lo que confesó, pero expresó su gratitud a su hermano de una manera extremadamente encantadora a través de la tonalidad de su voz.

— Gracias por... haber hablado primero... hermanito,

Rio no tardó en caer presa de los encantos de su hermanita. Su rostro se sonrojó y se le hizo un nudo en la garganta.

La situación había llegado a una conclusión. Ambos hermanos sentían lo mismo, por lo que ya no tenía sentido seguir hablando de ello.

— B-Bueno, dejémoslo aquí. Ya es algo tarde y mañana tenemos clases. — Tartamudeaba Rio.

La niña asintió con la cabeza ante la sugerencia de su hermano y ambos decidieron irse a dormir.