"Dame el trago más fuerte que tengas"
Un cantinero algo bajito y regordete con un cabello en forma de bigote y un bigote en forma de cabello miró de forma extraña a la mujer que se había sentado frente al mostrador, tenía una cara muy demacrada y los ojos rojos e hinchados y se encontraba recostada sobre sus brazos, sobando con la yema de sus dedos el filo de un vaso vacío que alguien dejó ahí.
-Que la trae por aquí... Señorita Liriam -colocó un vasito frente a ella y sirvió un trago que olía muy fuerte, solo con su olor, provocaba un leve mareo y lagrimeo- No es normal ver a un Guardian como usted en un bar en zonas remotas como estas.
-¡SI PUES SI! ¿QUE TIENE DE MALO VENIR Y HUIR DEL RESTO DE PERSONAS? -de un solo bocado se acabó aquel trago amargo y azotó el vaso contra el mostrador- Esta miseria no me alcanza ni para el diente, sírveme diez así o si es posible dame la botella entera.
Algo incomodo, el bartender agarró el vaso, lo lavó y lo limpió con un paño, antes de poder darle las malas noticias al relámpago verde.
-Ese único vaso tiene como estimado de cien mil zetiales, señorita...
-¡¿QUE-QUE?! -Sus cabellos se erizaron, sus ojos salieron disparados y su lengua se estiró por la agria sorpresa- Debe ser una broma... Cárgalo a mi tarjeta ¿Sí?- sacó una cartera temática de un gato negro animado, sacó la tarjeta y se la entregó.
El interior de la billetera estaba tan vacío que hasta una planta rodadora podría pasar por ahí sin problema, esto la desanimó aún más, pero quiso alivianarse dando vueltas en la silla giratoria.
-Pensé que podría sobrellevar esta situación de forma más fácil luego de haber encontrado a Arthur, pero me agarró peor de lo que creí... -daba vuelta tras vuelta, pero siempre entre toda la multitud de ebrios que había en aquel bar de mala muerte uno de ellos destacaba más que él resto- Oye bigotón... ¿y ese qué?
Dejó de dar las vueltas y se acercó al oído de bartender señalando muy indiscretamente a un hombre sentado en una banca vieja y oxidada ubicada en una esquina cuya única iluminación era la de una vela adherida a la pared.
-Ah, hablas de ese sujeto, pues realmente nadie sabe quién es, hace medio años solo llegó así todo encapuchado y se adueño de esa banca toda vieja. Siempre llega y se sienta ahí a leer y escribir en ese cuaderno viejo -le devolvió la tarjeta a Liriam y la hizo hacia un lado ya que estaba demasiado cerca de él- Como no le hace daño a nadie pues nadie ha hecho nada, pero nunca se ha visto su rostro, algunos dicen que lleva una mascara blanca pero la verdad, muy poco me interesa, después de todo muy seguramente la mayoría de los que vienen aquí son criminales y eso no te exenta "Guardiana elemental del Reino del viento".
-Si, si, lo que tu digas -se volteó nuevamente hacia el mostrador y volvió a colocar su tarjeta en la mesa- No me importa si quiebro, pero dame la bendita botella de ese trago viejo bigotudo.
THE ADVENTURE OF SPRING
Capitulo 14: "El hombre del Banco"
Fuertes truenos y deslumbrantes relámpagos acompañaron a una tormentosa lluvia sobre aquel bar de mala muerte ubicado en un pueblito algo pobre y necesitado llamado "Pueblo Cardo" Las gotas caían de una forma tan fuerte que toda la música del lugar fue opacada por los golpetones en el techo y al salir de allí era imposible ver hacia donde ir.
Liriam, quien estaba completamente ebria, salió del bar casi que, por inercia, sus pies se tropezaban entre sí y movía la cabeza de un lado a otro, pero al salir, las gotas de lluvia cayeron como balas sobre ella, despertándola un poco del terrible estado en el que se encontraba. Un baño de agua fría muy despertador.
"Cielos... creo que hacerles caso a Chikara y a Takeshi, ahora no sé cómo volveré a casa..."
Limpiando sus ojos y tratando de cubrirse de la lluvia, pudo ver a aquel hombre del banco parado en medio de la nada recibiendo la lluvia. En ese momento Liriam recordó que la mayoría de los que frecuentan el bar son criminales y lo primero que le vino a la cabeza en ese estado disociativo fue:
"Quizás pueda desahogar mis penas peleando un poco... no hay nada mejor que golpear a alguien cuando la vida te golpea así"
Liriam estaba fuera de sí, pero cuando dio el primer paso, el hombre comenzó a levitar hacia el cielo y comenzó a volar en dirección hacia el sur. Esto encendió las alarmas de su cabeza y rápidamente comenzó a seguirlo. El hombre era muy rápido y la lluvia le complicaba mucho el vuelo, perdía muy fácil el control y su estado de ebriedad no ayudaba para nada.
-¡Oye tú! ¡Identifícate! -gritó, cubriendo su cara con el brazo ya que el agua le entraba por los ojos y el cabello le estorbaba. El hombre la ignoró por completo, e incluso comenzó a avanzar más rápido- Tienes tres segundos para identificarte, es una orden real, o si no tendré que ponerte bajo arresto.
Tras esto, el hombre finalmente miró hacia atrás y con un tono bastante molesto exclamó:
"Por qué ustedes malditos elementales tienen que meter sus narices ¡EN DONDE NADIE LOS LLAMÓ!"
Al instante condensó una esfera de fuego del tamaño de un mano derecha y sin pensarlo dos veces la lanzó en contra de Liriam, vaporizando todas las gotas de lluvia que caían sobre dicha esfera hasta casi impactar de lleno en su rostro.
-Con que te atreves a atacar a un Guardian Elemental ¿Eh? -Su sonrisa de lado a lado y sus ojos completamente extasiados reflejaban un gran frenesí en su interior- Entonces a nadie le importará ¡QUE TE MATE!
El hombre repetía el mismo ataque una y otra y otra vez, pero Liriam esquivaba con facilidad cada uno, se notaba que él no tenía intenciones de luchar, pero al ver que ella iba como un tanque hacia él, encendió sus manos como lámparas y aumentó la temperatura de la zona en un rango de 10 metros evaporando instantáneamente todas las gotas de agua creando una gran cortina de vapor, provocando que Liriam lo perdiera de vista.
"¿En serio crees que una técnica así podrá evadirme? Que ingenuo"
Su cuerpo se iluminó de un fuerte color verde neón en el mismo lugar comenzó a dar vueltas y vueltas hasta envolverse en un gran capullo verdoso que salió disparado como una bala, disipando todo rastro del vapor, dando con el paradero del enemigo al instante.
-Maldita perra, mientras volaba extendió su mano en dirección al suelo y desde lo más profundo de la tierra emergieron unos enormes troncos cuyas ramas intentaban atrapar a Liriam, pero el capullo destruía todo a su paso, pero, aun así, la cantidad de arboles fue tan espesa que al final pudieron con ella.
«Este tipo de técnica es muy compleja para ser realizada por un Arte elemental... ¿Acaso tiene dos Genn?»
Las ramas aprisionaban cada extremidad ejerciendo más fuerza que la cadena más fuerte del mundo, como si fueran raíces aferrándose a la tierra. El hombre finalmente se detuvo y volteo directo a la gran línea de troncos que había creado a lo largo de diez Kilómetros.
"No debiste meterte conmigo maldito elemental" Chasqueo los dedos en ambas manos y sus pulgares se encendieron como fosforo, cuya flama fue lanzada hacia los troncos, provocando que todo arda como el mismísimo infierno de una forma tan abrasadora que ni la fuerte lluvia fue capaz de frenar el incendio forestal que debió calcinar el cuerpo de la elemental.
-Maldita perra, no pudiste ni tocarme -El hombre estaba seguro de su contundente victoria, pero lo que no se esperaba era que Liriam, estaba parado detrás de él.
-Como te atreves a intentar quemar mi bello rostro -sin rodeos, Liriam atravesó el pecho del hombre, arrancando su corazón al mantenerlo empuñado con la misma mano que lo atravesó- Tienes habilidades muy peligrosas ¿Eh? Por tu voz deduzco que eres un jovencito... No debiste hacer eso.
Liriam apretó el corazón para destruirlo por completo, pero al hacerlo fue como destruir un pedazo de madera vieja.
-Je, je, je, je... Mi distracción fue todo un éxito... -El hombre poco a poco se convirtió en un muñeco de madera.
-¿Una técnica señuelo? -extrajo la mano del cuerpo de madera y comenzó a mirar hacia toda dirección, el sujeto podía estar en cualquier lugar y atacarla en cualquier momento. Estaba completamente vulnerable y todo el éxtasis de la batalla se convirtió en miedo y ansiedad.
Pero ella nunca fue el objetivo. A lo lejos una fuerte explosión se hizo presente en forma de una gran nube de champiñón, y allí fue donde se dio cuenta cuales eran las intenciones de aquel hombre de la banca.
"El santuario de la piedra elemental..."
La lluvia cesó y el nublado cielo comenzó a abrirle paso a un radiante atardecer. Liriam voló lo más rápido que podía, uniendo todos los cabos que se le habían presentado en el camino y no se había dado cuenta.
"Algunos dicen que lleva una máscara blanca"
"Utiliza Genn de fuego y sus técnicas de madera son muy complejas para ser de un simple arte, es como si tuviera dos Genn"
"Hace medio año llegó y solo se la pasa escribiendo y leyendo ese cuaderno viejo"
"Hace cuatro meses gran parte del Bosque Secuoya fue calcinado por un sujeto enmascarado, al cual lo llamamos..."
Liriam llegó y todo lo que vio fue muerte y destrucción, aquellos guardias que custodiaban el santuario estaban completamente calcinados y los turistas que disfrutaban de aquella atracción turística estaban tirados en el suelo sin vida, con la piel quemada al rojo vivo, algunos abrazando a sus hijos y seres queridos con tal de protegerlos, pero el fuego de ese monstruo los había rostizado al tacto.
-Entonces tu eres ese sujeto... El que acabo con Secuoya y toda su gente... ahora que no llevas esa estúpida capucha me queda más que claro...
Desde el mismísimo infierno, desde las llamas de la agonía y desesperación caminaba un sujeto de metro setenta, llevaba un abrigo azulado y una mascara blanca y su cabello estaba compuesto por un abrasador fuego azul, y en su cuello llevaba colgando una piedra con forma de cristal de un color grisáceo en donde llevaba grabando unas siglas que, en un idioma primitivo, significaba "Grava"
-Tu eres el maldito demonio del fuego, Moeru.
-En carne y hueso, señorita Liriam... -Sus brazos se envolvieron en un montón de piedrecillas que formaron dos puños gigantescos hechos de grava y eran tan grandes como un rascacielos y como si tuviera otro par de brazos de la misma manera creó unos ejemplares de madera mientras se levantaba hacia el cielo con dos grandes y poderosas alas de fuego.
-Entonces así es como son las cosas ¿No? -exclamó Liriam muy mareada, sus ojos pestañeaban al borde del colapso y su cuerpo se tambaleaba de un lado a otro.
-Ahora prepárate maldita elemental, para que sientas el poder, que ustedes ejercen ante aquellos que no tienen nada -extendió los dos pares de brazos hacia ella y la pobre Liriam lo único que pudo hacer es sonreír, mientras era consumida por una gran bola de fuego.
Capítulo 14 - FIN