"Para poder dominar el poder, primero tienes que entenderlo, Jennifer"
Se sentó frente a ella, cruzo las piernas y unió sus palmas. Jennifer imitó la postura de su maestro y ambos estaban cara a cara mientras Gerald dormía junto a la fogata mientras Paulette descansaba sobre su torso.
–Eres un contenedor muy pequeño para retener tanto poder, por eso lo desbordas con facilidad y sé que cada segundo luchas por retenerlo, lo noto en tu cara –cerró los ojos y respiro profundo– Se que lo haces por protegernos a todos, pero para que puedas controlarlo, necesitas dejarlo fluir, que se adapte a ti, tienes que volverte uno con él...
–No estoy muy seguro de eso... señor –la pequeña mandíbula de Jennifer temblaba y sus ojitos se movían hacia todos lados.
–No te desconcentres Jennifer, necesito que mantengas la calma y hagas lo que te voy a pedir –chasqueó los dedos y Spring se acercó y extendió su mano derecha hacia ella– Necesito que te sueltes, déjalo salir, todo absolutamente todo, no te contengas más y no te preocupes que nada va a salir mal.
Jennifer volteo hacia su hermano, esperanzada en ver que le va a decir, pero Spring bastante seguro, solo asintió y en su palma se iluminó aquel símbolo con el que la selló aquella vez. Aceptando esa segunda opción, ella unió sus palmas, cerró sus ojos y respiró profundamente.
–Hazlo lento y despacio, que fluya como el agua en un arroyo y esa agua cayera sobre ti en una completa calma.
Aunque la expresión de la niña solo dejaba en evidencia su incomodidad, poco a poco se volvió más calmada puesto que en su mente realmente divisaba aquel arroyo, pero no era cualquier arroyo, si no imaginaba aquel lugar a donde iba con su mamá y hermano, recordaba como tiraban sus zapatos y entraban a dicho arroyo para recoger agua y lavar la ropa sucia, pero al mismo tiempo jugaban y se echaban el agua entre sí, riendo y gozando ese tiempo de caridad.
El aura purpura había envuelto el cuerpo de la pequeña, pero no se notaba agresividad en ella, al ver las puntas del ascenso, eran solo pequeñas olas que la rodeaban entre sí y lentamente desde su coronilla el aura comenzó a cristalizarse en forma de orejas alargadas y de la parte baja de su columna se cristalizó una larga y puntiaguda cola, pero a Jennifer se la mostraba tranquila.
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El día era hermoso en la mente de Jenni, los pájaros cantaban y el viento frio corría de forma agradable entre sus cabellos, meciendo aquellos robles que se asentaban cerca de la orilla del arroyo.
La forma que estaba tomando Jennifer era muy parecida a la que Comet observó en el interior de Jennifer, era un animal que, aunque no era muy agraciado a la vista no mostraba hostilidad y su forma no era grotesca como Gerald le había mencionado anteriormente.
Los lindos recuerdos en la mente de quien no debió sufrir de la nada fueron perturbados por un cielo oscuro inesperado y aquella tarde soleada de un momento para otro se volvió una oscura noche y en lugar de estar jugando en el arroyo, su madre la estaba cargando en brazos mientras corría desesperadamente. Jennifer solo podía ver el cielo desde donde estaba y era un cielo hermoso
Desde el exterior la forma de la bestia comenzó a corromperse, se notaba como aquella figura sin defectos comenzaba a deformarse en picos con una textura algo rugosa, ni siquiera iba por la mitad de la asimilación y Comet se dio cuenta que algo andaba mal.
–Muy bien Jennifer, es suficiente –exclamó algo preocupado pero la niña no respondió ni reaccionó al comentario.
La mujer entró a esa vieja cabaña a la que llamaba hogar y buscó desesperadamente un lugar seguro. El cajón del viejo ropero que estaba en la sala fue el lugar perfecto así que sin más que esperar, sacó toda la ropa de ahí, la metió al armario y escondió a la pequeña Jennifer quien entró con las justas.
"¿Qué sucede mami? ¿En dónde está mi hermanito?
La madre llevó su dedo índice a los labios y exclamó "Shh, estarás segura aquí mi pequeña estrella, mami se encargará de todo"
Caos.
La tierra comenzó a temblar y el rostro de Jennifer mostró dolor y angustia mientras las lágrimas caían cual cascadas de sus ojos. Comet trató de tranquilizarla, pero nada parecía servir. Solo quedaba al descubierto parte de su cabeza, pero ella se sentía aprisionada y quería salir, pero no del caparazón de la bestia. Quería salir de esa pesadilla.
"¡MAMIIIIIII! –Spring corrió hacia ella con toda la intención de incrustar el sello en su pecho, pero fue demasiado tarde, la bestia había despertado.
THE ADVENTURE OF SPRING
Capitulo 16: "Dolor"
Todo el lugar se llenó de un humo púrpura muy espeso, provocando que la respiración de todos los involucrados se reduzca drásticamente. Comet se levantó tosiendo y entrecerrando los ojos, cuando a través del humo pudo ver un punto resplandeciente. Un segundo tardo en agacharse, pero no fue suficiente tiempo para escapar de aquel potente rayo que fue disparado desde la boca de la bestia.
El rayó pulverizó parte de su cabello dejándole una raya calva en medio de la cabeza, y eso solo fue suerte ya que un segundo más y su cerebro habría sido derretido por ese ataque. El humo fue disipado en una mínima porción dejando al descubierto a la gran bestia.
–¿Esa es la gran y horrible bestia de la que nos hablaste tío? –exclamó Paulette con la voz temblorosa y los anteojos torcidos mientras se levantaba por el impacto de la explosión.
Gerald al instante no dudo en inflar su cuerpo para combatir y Spring estaba inconsciente cerca del lugar, pero Comet no sabía que hacer en esta situación. Junto a él estaba su navaja, la misma con la que planeaba matar a la Bestia en un inicio, pero no estaba dispuesto a herir ni a Lynx ni a Jennifer, ya que ambas no tenían la culpa de nada.
La bestia era mucho más fea que la vez pasada, su cara estaba toda deforme y picosa como si fuera una concha de playa sus dientes estaban torcidos y sus ojos completamente vacíos.
–Paulette, ve por Spring y trata de despertarlo, necesitamos su arte de sello, mientras tanto yo debilitaré a la Bestia –Su camisa se rasgo hasta caerse de su cuerpo mientras su piel se tornaba un poco más oscura y echaba gran vapor.
La Bestia postro sus dos patas en el suelo y se ubicó en posición fetal, sacando un montón de espinas desde su espalda.
–¡VIEJO GERALD TEN CUIDADO! –gritó Comet luego de tomar su navaja al ver lo que planeaba el animal.
En ese instante Lynx salvaje comenzó a rodar como una gran bola de pinchos que iba en dirección hacia él, pero Comet logro retenerla momentáneamente con su gran navaja.
–Como... ¡¿Cómo la detuvieron aquella vez?! No creo que Spring solo la haya sellado y ya... –hizo fuerzas para retenerla, pero todo fue en vano, su navaja se rompió y junto cuando estuvo por incrustar sus púas en él Gerald con un solo brazo lo lanzó hacia el cielo y con sus dos manos desnudas comenzó a retenerla cual pared mientras seguía rodando en un mismo lugar, cortando sus manos como dos cierras.
–El niño la detuvo cuando básicamente estuve por darle el golpe de gracia... –extendió su pierna hacia atrás y con toda la fuerza que tenía pateo a Lynx cual balón de futbol– La única forma es debilitándola por completo.
La bestia rodó y destruyó todos los arboles que se encontraban en una distancia de 5 kilómetros, pudieron ser más, pero esta calvó sus garras y se detuvo, jadeando incontrolable mente mientras que las partes sanas de su cuerpo se corrompían y otras se fragmentaban.
–Pero esa cosa, no es la misma cosa con la que luché aquella vez, es diferente, no es ese animalejo que buscaba provocar sufrimiento para absorber su agonía, sus ojos no tienen vida, cada ataque suyo lo lanza con intenciones asesinas, que fue lo que le dijiste a Jennifer, Armstrong.
La bestia se erigió e inclinó la mirada la cielo con la boca abierta y allí comenzó a condensar una diminuta esfera de energía. Comet lo pensó por un momento, pero por la expresión en su rostro parecía tener una idea de como averiguar la causa del conflicto y buscarle una solución.
–Creo que tengo una idea, pero necesito que hagas tiempo por mí –miró hacia Gerald y de sus dos muñequeras sacó dos tubos pequeños..
–Cualquier cosa que tengas en mente más te vale que funcione, por que no creo que salgamos vivos de aquí.
Comet asintió y ambos comenzaron a correr hacia la Bestia del Zodiaco. El animal redirigió la mirada hacia ambos y lanzó dicha esferita directo hacia el espiritista, pero este en lugar de esquivarla, se la tragó como un chicle y siguió corriendo mientras los masticaba y sus cachetes se iluminaban como si en su interior guardara lava. Cuando se acercó lo suficiente a la bestia comenzó a inflar una simple e inofensiva burbuja con la boca que flotó directo hacia su cara.
Comet le lanzó uno de los tubos a Gerald y le pidió de favor que junto a él dibujen un gran circulo rodeando a la bestia. Gerald lo agarró, abrió y echó un poco en su mano.
–¿Sal en grano? –preguntó con duda.
–No lo desperdicies y haz lo que te digo y cuando termines, te recomiendo que te escondas.
Curiosamente Lynx estaba muy atenta ante esa pequeña burbujita que se acercaba a ella pero su cuerpo no se movía, se mantenía allí con la cabeza inclinada la boca abierta y torcida y los brazos arrastrados por el suelo, esto le dio tiempo a ambos para acabar de dibujar el circulo y un momento antes de que la burbuja toque el rostro de la Bestia, ambos saltaron hacia los árboles caído y se escondieron bien ya que cuando la burbuja se pinchó en los picos de su cara, la explosión que emitió esa diminuta burbuja destruyó todo a su paso incluso los arboles que usaron para esconderse fueron carbonizados y desde el cielo aquel trozo verde lleno de vida ahora tenía un enorme hueco gris de muerte.
Gerald abrió los ojos y estaba completamente ileso ya que estaba envuelto en un pequeño domo brillante blanquecino y al otro extremo estaba Comet resguardado de la misma forma.
El domo se desintegró y ambos se pararon y caminaron hacia la bestia quien ahora estaba fuertemente encadenada desde el cuello hasta los pies, eran cadenas de luz que sometían a lo poco que quedaba de ella, la potencia del ataque casi acaba con su vida, dejándola completamente trizada y con grandes fisuras, orejas rotas y sin una que otra extremidad.
–No tenemos mucho tiempo, la técnica espiritual encadenadora no resistirá, ve por Spring –exclamó Comet al sentarse frente a la Bestia, cruzando sus piernas y uniendo sus palmas con los ojos cerrados.
–¿Tu que vas a hacer?
–Tengo que hablar con una amiga, tu adelántate.
Gerald asintió y las marcas de Comet se iluminaron transportando su conciencia hacia el interior de Jennifer. Allí se escuchaban quejidos tras quejidos que llegaban volverse gritos de dolor y sufrimiento. Comet corrió hacia Lynx y esta estaba erguida, agarrando su cabeza con gran fuerza mientras gritaba escandalosamente.
–¡LYNX! ¡¿QUE ESTÁ SUCEDIENDO?! –gritó muy preocupado.
–¡ELLA ESTÁ SUFRIENDO! ¡ES DEMASIADO DOLOR! ¡NO LO PUEDO SOPORTAR! –su ultimo grito fue algo ahogado al jorobarse y apretar su estómago– Es demasiada ira, es demasiada impotencia y frustración... Para una niña...
Su cuerpo comenzó a deformarse y a recomponerse una y otra vez mientras seguía quejándose en un mismo lugar, pero llegó un momento en el que no lo pudo soportar más y soltó sus brazos y comenzó a gritar con mucho dolor en el tono que usaba.
–¡MAMÁ! ¡MAMÁ! ¡MAMÁAAAA!
Comet se quedó atónito antes lo que vio, no pudo soltar palabra alguna cuando presenció como de los ojos de la bestia caían lágrimas, eran largas espesas lagrimas cargadas de dolor e ira tanto que no podía creer lo que estaba viendo.
En el exterior, el animal comenzó a gritar y a llorar de la misma forma en la que Lynx lo hacía, era autentico el dolor que sentía y lloraba desconsoladamente hacia el cielo con tal potencia que incluso podía ser escuchada en las ciudades y pueblos cercanos. Comet despertó de la proyección y su mirada era de completa conmoción, seguía sin poder reaccionar como era debido y el animal se movía bruscamente tratando de soltarse, pero a un lado del espiritista consternado pasó aquel niño del mechón en espiral cuya mano derecha brillaba como faro en medio de la tempestad.
–Spring.
Sin mucho trabajo se paró frente a su destrozada hermana y la miró en silencio durante unos segundos.
–Así es como te sientes ¿Verdad Jennifer? –apegó la frente contra ella– Quisiera ser el Spring que necesitas, yo solo soy un desconocido... –colocó delicadamente su palma en el pecho de la bestia y el sello se marcó en él.
Jennifer se quedó quieta y solo soltó un ultimo quejido de agonía antes de desmoronarse por completo, dejando a la pequeña Jennifer al descubierto.
Los fragmentos dispersos del la bestia comenzaron a levitar a su alrededor y el sello los fue absorbiendo hasta no quedar más que solo ella allí de rodillas.
Sorprendentemente, ella despertó en ese mismo instante perdida y confundida, mirando hacia todos lados solo podía ver muerte y destrucción, ella era el núcleo de todo ese desastre, observó como todas las personas que ella admira estaban sucias y heridas, y todo ese tramo del bosque completamente gris y desolado. Su respiración se agitó y cerró fuertemente la mano con sus dientes castañeantes antes de romper en llanto...
–Lo siento...
Las lagrimas caían como cascadas llenas de culpa y angustia, ni siquiera era consciente de lo que hacía, se metió mucho en el dolor de su pasado y eso provoco que todo ese sufrimiento se esparciera a todos.
–Lo siento... De verdad lo siento... –apegó su frente contra el suelo mientras lloraba desconsoladamente.
Spring no movió ni un dedo, pese a ver como su hermana se quebraba en llanto, no podía sentir. En ese momento recordó las palabras que pronuncio a Paulette cuando se conocieron, el sentía que debía protegerla y que "amaba a su hermana" incluso cuando gravemente enfermo y nadie quería decirle que era lo que sucedía sentía frustración y mucha preocupación, pero mientras más pasaban los días esa sensación desaparecía, era como si fueran las ultimas fuerzas del Spring anterior.
Cada día, se sentía más vacío ¿Quién era él? y ¿Quién soy yo? Eran las preguntas que más recorrían por su cabeza. No se podía explicar el por que no podía volver a ser el de antes, si sus recuerdos volvían progresivamente, sentía que vivía la vida de otra persona, "Ese no soy yo o no me siento yo" Quizás esa era la razón por la que los rostros de la gente que reside en sus memorias son invisibles para él. No sentía nada por esas personas como iba a poder visualizar el alma de las personas que no reconocía. Se sentía en medio de un campo abierto, en donde por más que caminaba no llegaba a ninguna parte.
Por un segundo su mano quiso extenderse hacia Jennifer, moviendo los labios, pero solo fue un impulso. Comet se acercó a ella y la abrazó muy fuerte, Paulette corrió a sus brazos y Gerald se agachó y con su gran cuerpo abrazó a los tres al mismo tiempo apretándolos hasta tronarles los huesos.
–Ayyyy Pequeña Jenni me duele verte llorar así –Paulette no podía evitar llorar al verla así y apegó su cara contra sus mejillas– No te culpes por eso hermosa.
–Tranquila niña, todos estamos bien y aunque no lo estuviéramos no fue tu culpa, nosotros fallamos –susurró Gerald con un tonto algo serio pero compasivo, tratando de calmar a Jennifer.
–No te preocupes Jennifer, todos luchamos con nuestro pasado y a veces nuestros problemas son más grandes que uno y no podemos contenerlos, jamás te culpes por esto, perdóname por querer que al primer intento hagas algo tan arriesgado, eres muy fuerte, y prometo ayudarte a mejorar, mi alumna.
Jennifer cerró los ojos fuertemente y respiró profundamente tragándose los mocos y las ganas de llorar. Allí fue cuando todos voltearon a ver a Spring esperando que dijera algo, incluyendo Jennifer lo veía con una mirada esperanzada esperando que el mismo diga que todo estará bien, pero a Spring le temblaba la mandíbula y sus cejas se arqueaban de la culpa.
Gerald se levantó, caminó hacia sus espaldas y lo empujo. Spring se arrodilló, tragó saliva y desde el fondo de su corazón exclamó:
–Prometo que siempre voy a protegerte, hermanita, sin importar que, todo estará bien –esas palabras fueron auténticas, era como si su hermano hablara a través de ese hueco vacío resonando,
El fuerte abrazo que le dio no solo fue para consolarla a ella, si no para consolarse así mismo, sabiendo que pese a que no sabe quien es, siempre tendrá a esa niña que lo amará incondicionalmente sin importar que. No importa lo que pase, si aquel Spring que murió en aquella tormenta de granizo y no llega a volver, él seria quien proteja lo que más amó, heredando su voluntad de fuego ante toda la tempestad.
Capitulo 16 - FIN