Chereads / El Crepúsculo de los Dioses / Chapter 1 - Capitulo 1: Zero

El Crepúsculo de los Dioses

Maximo_patricio
  • --
    chs / week
  • --
    NOT RATINGS
  • 1.4k
    Views
Synopsis

Chapter 1 - Capitulo 1: Zero

"¿Las condiciones de tu creación en este mundo definen tu vida? Si naciste como un ayudante de un dios, creado y destinado a servirle, a promulgar sus ideales y palabras a los humanos… ¿Debes cumplir ese propósito? Pero… ¿Qué sucede si ese dios muere? ¿Y si todos los dioses han muerto?… ¿Qué ocurre entonces con sus súbditos?"

En la distancia, las sombras de unas figuras se perfilaban contra la oscuridad del bosque. Era de noche, y el pueblo más cercano se encontraba hacia el norte, pero ellos avanzaban en dirección contraria, hacia el sur. Al acercarme, noté que se sobresaltaron, alzando sus espadas de madera con temor. Llevaban armaduras rudimentarias de roble; eran solo niños, jugando a ser aventureros, que probablemente se adentraron en el bosque durante el día y se extraviaron al caer la noche. A pesar de su miedo, estaban dispuestos a enfrentarse a mí.

—Jóvenes aventureros, el pueblo más cercano está al norte, ¿no es así? Estoy buscando un lugar donde pasar la noche —les dije con calma.

Se miraron entre ellos, asintiendo con cautela. Parecía que el miedo comenzaba a desvanecerse.

—Señor, ¿quiere que lo acompañemos? Pero usted va adelante, así le protegemos las espaldas.

—Eso suena bien, jóvenes aventureros —respondí con una sonrisa.

Caminamos juntos hacia el pueblo, y conforme nos acercábamos, comenzaron a verse las luces de antorchas a lo lejos. Los padres y otros aldeanos estaban buscándolos desesperadamente.

—¡Mira! ¡Deben ser mamá y papá! —gritó uno de los niños, lleno de alivio.

—¡Vamos! —corrieron hacia sus padres con desesperación, sus pequeños corazones aliviados al reencontrarse con sus seres queridos.

—Hijo, me preocupé tanto por ti. ¿Qué sucedió? —preguntó una madre, abrazando a su hijo con fuerza.

—¡Perdón! Nos metimos en el bosque y nos perdimos, pero ese hombre nos ayudó…

—¿Qué hombre? No hay nadie aquí —dijo la madre, mirando alrededor.

—Pero si estaba justo ahí…

—Tal vez fue el espíritu del bosque, "El guardián Sésamo". Dicen que murió luchando en este mismo bosque contra un Dragón Demoníaco Rojo, el más fuerte de todos los dragones. Y al morir, su alma se fusionó con el bosque, protegiendo a aquellos que se adentran en él.

—¿Entonces nos salvó un guerrero legendario? —preguntó el niño con ojos brillantes.

—Sí, tal vez fue una señal…

—Podría ser que…

"El guardián Sésamo"… hacía mucho que no escuchaba ese nombre. ¿Murió en este bosque? Hace 146 años, creo. Pero no fue un Dragón Demoníaco Rojo lo que enfrentó, sino un Cerbero de una sola cabeza. Su verdadera tumba está aquí, en este bosque, no en la que hay en el centro del pueblo. No soy Sésamo, él fue un guerrero orgulloso. Solo vine a visitar su tumba. Mejor que piensen que fue él quien los salvó. Quizás así sigan sus enseñanzas, sus épicas aventuras, y crezcan como verdaderos guerreros, capaces de evitar la guerra que se avecina…

—Hola, Sésamo, tanto tiempo. Soy Otto. Iba a visitar tu tumba en el pueblo que salvaste de aquel Cerbero, pero las vueltas del destino hicieron que me confundieran contigo, y me recordaron dónde está tu verdadero descanso. Tu lápida está incrustada en el centro de un árbol, el musgo ha cubierto tu nombre. Sabes, tu hija se casó con un noble guerrero del rey y tuvieron tres hijos. Fuiste abuelo. Pero ese guerrero deshonró al rey al mantener relaciones con su hija, aún menor de edad. Fue ejecutado junto con su padre, y el resto de la familia fue exiliada. Tu hija y nietas vivieron en la pobreza durante siete años. Al enterarme, las ayudé. Las llevé al pueblo donde creciste, aquel lejano lugar llamado "Melios". Fueron recibidas con los brazos abiertos. Se encargaban de arar los campos para las cosechas. Las asistí un tiempo, luego me marché. Tu hija se enamoró de mí, algo insólito, pero tuve que decir que no. No podía deshonrarte de esa manera. No las volví a ver. Sus nombres eran Milis y Glass, como su abuela.

No sé si escucharás mis palabras, pero al menos puedo limpiar tu tumba y desearte una feliz eternidad…

Hace 146 años, acudiste a un lugar donde pedían ayuda. "Un lobo gigante y negro ataca y mata gente", decían. Era un lugar pequeño, nadie más los ayudaba, excepto un hombre. Fue solo, con una espada dorada y un arco ígneo capaz de disparar flechas de fuego. Debió ser una lucha dura… Encontraron tu cuerpo, o lo que quedaba de él, la mitad de él. ¿Qué habrá pasado? Prendiste fuego al Cerbero desde adentro, incluso cuando te devoró. Aun así, tuviste la fuerza de no dejar que viviera para aterrorizar al pueblo. Moriste, pero salvaste a la gente. Nadie lo ha olvidado. Por eso el pueblo, buena es casi una ciudad ahora, se llama en tu honor "Sésamo"