Cuando terminamos de cenar volvimos al la sala. Esa tal Clara me tiene enojada, me mira con enojo y si las miradas mataran yo sería historia.
-¿Para cuando quieren casarse?- pregunta Adriana.
-En dos semanas- dice Tiago, todos lo miran sorprendidos y Martín iba a decir algo pero Tiago lo interrumpe- no empieces.
-¿Hijo no crees que es muy rápido?- pregunta Adriana.
-No, la verdad creo que es mucho tiempo- dice Tiago con el ceño fruncido- primero pensé que en una semana estaría bien celebrar la boda pero luego lo reconsideré y llegué a la conclusión de que en dos semanas estaría mejor porque Sofía merece tener la mejor boda y tendrá que preparar todo, en una no le dará tiempo pero creo que en dos si- termina de decir Tiago.
-No entiendo porque tanta prisa si ya vienen juntos- dice Enzo y Tiago lo mira mal.
-Porque quiero que ya sea mi esposa- dice Tiago y su abuela ríe.
-Al parecer Tiago quiere evitar que te le escapes hija- me dice María riendo y yo sonrío mirándolo, el solo entierra su cara en mi cuello.
-Eso es exactamente lo que quiero evitar, cuando sea mi esposa ya no puede echarse para atrás- dice luego de unos segundos haciendo que su abuela y su madre rían.
-Que tiernos- dice María.
-Hoy llueve, ¿Tiago siendo tierno? Jamás pensé verlo en esta vida, ¿pero quien lo iba a decir? Solo tenía que llegar una fiera que donara a la bestia- dice Enzo riendo.
-Bueno creo que ya es tarde, ¿nos vamos cariño?- me pregunta Tiago y yo asiento.
-Si amor, vamos- le digo y el sonríe.
-Bueno nos despedimos- dice el pero su abuela niega.
-Es muy tarde y se que tu manejaste hasta aquí. ¿Por qué no se quedan a dormir? Tu habitación está intacta- dice María y el me mira y niega.
-No es necesario abuela….- empieza Tiago pero ella lo interrumpe.
-Quédense. ¿Qué dices tú hija?- me pregunta a mí y me mira expectante, yo miro a Tiago y el suspira pesadamente para luego asentir.
-Está bien, solo esta noche- dice sin dejar de mirarme.
-¡Eso!- exclama María aplaudiendo y me abraza- hace años Tiago no acepta quedarse a dormir, gracias- dice pero quedó sin palabras, no se que decir- no tienes que decir nada.
-Gracias por recibirme con tanto amor- les digo y ella asiente y me abraza más fuerte.
-Abuela ya está bien- dice Tiago sacándome del abrazo de María para rodearme con sus brazos.
-Ya está bien tu, no has dejado que nadie la toque, ni siquiera la sueltas- dice María con el ceño fruncido pero luego ríe- jamás pensé que tú también serías tan tóxico y posesivo, eres igualito a tu abuelo y a tu padre.
-Eso no es cierto- dice Tiago indignado.
-Si lo es hijo- dice Tomás riendo y Tiago me mira a mí.
-¿Soy así?- me pregunta y yo rio y asiento.
-Si lo eres amor- le digo y el se rasca la nuca avergonzado.
-Pero no mucho, ¿verdad?- vuelve a preguntar asiendo que todos rían.
-Eres muy, pero muy posesivo y tóxico- le dice su madre y el me mira a mí.
-¿No te gusta?- me pregunta y yo rio, no sé qué decirle.
-Ok niños, ya es tarde, seguirán hablando mañana- dice el abuelo de Tiago.
-Se quedarán en la habitación de Tiago, ya está todo listo- dice su abuela y ambos nos miramos- tranquilos viven juntos y ya son adultos no tiene caso hacerlos dormir separados, sabemos que duermen juntos- y esa fue la cereza del pastel.
-Gracias abuela- dice Tiago entre dientes.
-Bueno, vallan a su habitación que Sofía debe de estar cansada- dice y Tiago me guía escaleras arriba.
-Feliz noche- digo y todos asienten. La habitación de Tiago se parece tanto a él, es en tonos oscuros y es muy grande.
-No te preocupes, no intentaré nada- me dice Tiago y yo lo miro- al menos que tú quieras que lo haga.
-Claro que no- le digo y el ríe. Me acerco a la cama y me siento- ¿me prestas ropa? quiero quitarme este vestid.
-Claro, elige lo que quieras de mi armario- me dice y yo asiento, camino a el armario y todo está increíblemente ordenado, tomo una camisa blanca de Tiago, la mido y si, es muy grande así que solo me pondré esto, me cambio rápido y cuando termino entra Tiago con una toalla al rededor de la cintura, me mira de pies a cabeza y sonríe- te queda muy bien mi ropa.
-¿Gracias?- le respondo con duda y el ríe- voy a quitarme el maquillaje.
-Te espero en la cama- me grita. Me desmaquillo rápido, salgo y lo veo acostado sin camisa, me acuesto del otro lado de la cama y lo miro.
-No va a funcionar- le digo y el ríe
-¿Por qué?- pregunta.
-No dormiré contigo y menos así- le digo y el se mira.
-¿Que tiene de malo?- pregunta y yo alzo la sábana para descubrir que está en boxer.
-Que estás en boxer- le digo y el sonríe.
-Me vas a disculpar pero ya me acostumbre a dormir así, no puedo dormir vestido- me dice y yo niego.
-Conmigo no dormirás así- le digo y el sonríe coqueto.
-No tenemos precisamente que dormir gatita- dice con una sonrisa pícara y yo lo miro mal.
-Jamás me llevarás a la cama- le digo sonriendo.
-¿Quien dijo que tendría que ser precisamente en la cama?- pregunta Tiago sonriendo con malicia.
-¡¿Que?!- exclamó por lo bajo ya que no quiero que me escuchen.
-Si, hay mejores opciones, como la ducha, el sofá, el piso por ejemplo- no puedo creer lo que estoy escuchando.
-No me cambies el tema, no dormirás conmigo- le digo cruzándome de brazos.
-está bien, sin bromas, no puedo dormir en otro lugar- me dice.
-¿Por qué no?- le pregunto y el sonríe.
-¿Qué tal si entra alguien y nos ve? todo se va a descubrir- me dice, lo pienso y creo que tiene razón.
-Esta bien pero tú de tu lado y yo del mío- le digo y el se me acerca jalándome para pegarme a él.
-¿Algo más patrona?- pregunta burlesco.
-Yo…- está muy cerca de mi, su rostro va directo a mi cuello y besa en esa zona.
-¿Se te comió la lengua el ratón?- pregunta riendo y su aliento en mi cuello me hace estremecer.
-Tiago- digo en un susurro.
-Repítelo- me dice con la voz ronca- repite mi nombre.
-Tiago- vuelvo a decir y siento que sonríe.
-Me encanta como se escucha- me dice mientras sube a mi rostro y me besa, primero lento y gentil pero luego se va volviendo demandante, me muerde el labio inferior a lo que yo jadeo y el mete su lengua en mi boca para empezar a jugar con la mía, nadie me había besado así y me cuesta llevarle el ritmo.
-¿Chicos como se…?- la oración se cortan sin siquiera haber sido terminada. Tiago y yo miramos a la puerta para ver a Adriana, María, Carlota y Carla mirándonos, las primeras dos con vergüenza y las otras dos con enojo- perdón, no sabíamos- dice Adriana y yo entierro mi rostro en el cuello de Tiago
-¿Qué querían?- pregunta Tiago.
-Ver si necesitaban algo- dice María.
-No abuela, gracias- dice Tiago.
-Descansen- dice Adriana y cierra la puerta y Tiago ríe.
-No te rías, es vergonzoso- le digo y el no para de reír.
-Estás toda roja- me dice mientras acaricia mi mejilla.
-Que vergüenza y todo por tu culpa- le digo y el me mira sorprendido pero divertido a la vez.
-A ver, ¿por qué es mi culpa gatita?- me pregunta.
-Porque eres un pervertido- le digo y el ríe más.
-Mejor vamos a dormir pequeña- me dice y yo asiento, me acomodo para dormir pero veo que el mira fijo mi pecho y cuando sigo su mirada veo que la camisa está desabrochada, ¿cuando lo hizo que no me di cuenta?
-Duérmete- le digo y el sonríe.
-Buenas noches gatita- me dice.
-Buenas noches Tiago- le digo.