- Escúchame Tommy- le pidió Zero-One a su pequeño nuevo amigo mientras lo bajaba al suelo y miraba la enorme nave Kantiana que sobrevolaba el cielo de la colonia- necesito que me hagas un favor
- Sí- asintió Tommy mirándola con un fervor casi religioso.
- Necesito que vayas a donde se encuentran los demás colonos en el centro de evacuación que queda en mitad de la colonia ¿Sabes en donde queda, no? - le pidió Zero- One mientras lo miraba a los ojos, el viento movía su larga cabellera dorada resaltando su expresión de preocupación
- Sí- asintió Tommy bajando la cabeza
- Quiero que vayas allí y esperes a que lleguen los navíos salvavidas de la Alianza junto con los refuerzos militares ¿Puedes hacer eso por mí? - le pidió Zero - One con seriedad
- Tú también me vas a dejar solo, ¿Verdad? - se lamentó Tommy, derramando algunas lagrimas
Largando una conmovedora risa, Zero- One se agachó y le limpió las lágrimas con sus pulgares mientras le decía
- Para nada, pero no puedo salvar a la colonia si me preocupo constantemente porque no te pase nada
- Pero puedo ayudar- protestó el pequeñito. Asintiendo con la cabeza, Zero- One le contestó
- Y lo harás, ayudando en la evacuación, poniendo a los demás a salvo en los navíos salvavidas- acariciando su cabeza, le preguntó- ¿Puedo contar contigo pequeñín?
Mirandola con cariño, Tommy asintió con la cabeza mientras le hacía un saludo militar.
- Entonces ve, cuento contigo- sonrió Zero- One mientras se levantaba y se preparaba para combatir contra las malvadas fuerzas Kantianas
Los soldados Kantianos corrían en dirección a donde Zero- One se encontraba, quien, al verlos llegar, esbozó una sonrisa y les dijo:
- Muy bien, es hora de bailar ¿Quién quiere ser el primero?