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Chapter 2 - Capítulo 2

Despertarse en un apartamento que no conocías, pero del cual tienes recuerdos de haber vivido en el era algo muy extraño. Más aún si estabas en un mundo diferente al tuyo. Incluso ahora, luego de un día, aún sentía un poco de incredulidad por toda la situación. El tener recuerdos de ésta vida ayudo un poco a calmarme y actuar de forma normal. Pero eso no quitaba el hecho de que ahora estaba en un mundo diferente, basado en cómics y con poderes.

Ah, sí. Había descubierto cuál era el poder que tenía. Fué intentando cocinar algo, me había cortado en un dedo con uno de los cuchillos y para mí completa sorpresa, mi sangre se movía como si fuera un tentáculo gelatinoso en lugar de... Bueno, actuar como lo haría la sangre normal.

Me dí cuenta de que podía controlar el movimiento de mi sangre cuando esta estaba fuera de mi cuerpo, pero más allá de éso, no sabía que mas podía hacer. Estaba seguro de que podría hacer más cosas, pero no sabía qué cosas. Podría haber experimentado, pero había un problema, no estaba seguro de como sería manipular una gran cantidad de sangre fuera de mi cuerpo.

Incluso si pudiera controlarla sin problemas, no quitaba el hecho de que sin sangre en mi cuerpo, moriría. Y si bien sabía que podía usar unas pocas onzas de sangre sin verme muy afectado por la perdida del líquido, no sabía que efecto tendría en mí meter sangre sucia con cualquier cosa en mis venas nuevamente.

Quizás estoy siendo paranoico, pero no estaba dispuesto a morir de forma estúpida por una infección simplemente por probar mis poderes recién descubiertos.

Pero dejando de lado éso, hoy estaba de camino a la escuela en la camioneta de mi nuevo tío, ¿O viejo tío?. Era confuso. El caso, es que ambos estábamos sentados en la camioneta mientras el conducía en silencio. La relación de él con el antiguo dueño de éste cuerpo era, complicada, por decirlo de forma amable. El no tenía ningún apreció por mí y no intentaba ocultar ese hecho. Sin embargo, tampoco me dió en adopción, por algún motivo que no entendí. Según éstos recuerdos, él tomó la custodia cuando yo... El antiguo yo apenas tenía nueve años, por lo que el darme en adopción no debería haber sido un problema si él no era capaz de cuidarme.

Sin embargo, no lo hizo, en cambio decidió cuidar de mí. Sabía que el antiguo yo lo odiaba, sin embargo, realmente no podía odiar a este hombre. Ya estaba acostumbrado a los padres deficientes. Aunque bueno, mi padre real no me odiaba, simplemente era incompetente como padre.

—¿Tienes dinero aún?—. Me preguntó de repente mi tío.

Tarde unos segundos en responder debido a que estaba demasiado inmerso en mis propios pensamientos. —... S-si.

—Bien. No tendré tiempo de venir a recogerte hoy. Tengo demasiado trabajo y tomaré horas extras... Tendrás que ir en autobús de regreso.

Simplemente asiento con la cabeza en comprensión de sus palabras. El hombre no dijo nada luego de éso. Simplemente volvimos a aquel silencio.

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Mientras caminaba por los pasillos de la escuela, un extraño sentimiento de familiaridad me invadía. No era solo que tenía recuerdos de estar asistiendo a esta escuela, era también la extraña sensación de volver a la escuela luego de mucho tiempo. Ayer, a pesar de que había despertado en medio de la clase, no tuve esa sensación, debido a mi propio aturdimiento por el dolor y que las clases estaban cerca de terminar. Por lo que no les presté atención.

Pero ahora, era un sentimiento extraño. Casi nostálgico.

Casi. Aún seguía el hecho de que tendría que volver a la escuela, a estar horas sentado escuchando a un señor mal pagado repetir sin ganas lo que decía en un libro.

Ese pensamiento hizo que mis ánimos disminuyeran considerablemente. Por suerte, reconocí una persona a unos metros adelante. El chico de pelo castaño y anteojos del que me había hecho amigo ayer. Y estaba junto a la linda rubia de anteojos y ropa holgada que intentaba ocultar su atlética y sexy figura.

Me acerqué al dúo, rodeándo los hombros de Peter com mi brazo. —Hey, Peter. ¿Cómo estás amigo?.

—J-Jhon... Hola. ¿Cómo estás?.

—Yo pregunté primero.

—Ah, si, cierto. Estoy bien. Estaba hablando con Gwen—. Peter responde, señalando a la rubia a su lado.

Tendiendo la mano, saludo a la chica. —Hola Gwen, soy Jhon... Aunque probablemente ya sabes éso.

Gwen corresponde al saludo de forma tímida. —Hola Jhon... ¿Tu y Peter son amigos?.

—¿No le dijiste sobre muestra amistad recién formada?—. Pregunté con una falsa expresión ofendida.

—Nunca surgió el tema...—. Responde Peter con una sonrisa de disculpa.

—Bueno, supongo que es normal cuando tienes delante una chica tan linda—. Comento, sonriendo mientras miro a Gwen, la cuál parecía avergonzada por el comentario.

—Y-yo... No soy linda...

—¿Escuchaste eso, Peter?. Díselo tú. Sobre lo linda que es—. Digo, palmeando los hombros de Peter.

Un sonrojo casi tan grande como el de Gwen se formó en las mejillas de Peter, antes de que él comentara. —Y-yo... Creo que sí es linda...

Ante las palabras de Peter, un silencio se formó entre nosotros tres. Solo pude sonreír complacido al ver cómo ambos parecían avergonzados de igual forma cuando Peter dijo aquellas palabras.

Emparejarlos será más fácil de lo que pensé.

—Fuera del camino, nerds—. Escuché una voz masculina detrás de nosotros. Al voltear, veo a un chico rubio, un poco más alto que yo; y éso que yo era alto. Acompañado de otros dos, tan altos como él. Flash Thompson. La estrella del equipo de fútbol americano de la escuela. Y un idiota de manual.

—Debes estar ciego si no ves todo el espacio que hay para caminar. ¿Y se supone que eres el mejor del equipo?—. Comenté sin pensar.

Ante mi comentario, un silencio sepulcral inunda el pasillo. Ninguno de los presentes esperaba que ninguno de nosostros le respondiera a Flash. Ya que era bien sabido que el rubio idiota era un bully, uno grande y fuerte, el cuál siempre andaba con sus dos amigos. Así que para cualquiera, meterse con Flash era meterse con esos tres.

Pero a mí no me importaba eso. No es que creyera que fuera más fuerte que él, no, era algo mucho más simple. De dónde vengo, peleas. Simplemente éso. Ahí no había bullys como en las películas, claro que siempre había quienes molestaban a otros, pero las cosas siempre se resolvían con unos buenos puñetazos en la hora de salida. Por lo que pelear no me era algo ajeno. Incluso cuando ya hace mucho que había dejado la escuela.

Así qué, cuando el idiota rubio se me acercó para tomarme de la camiseta y amenazarme, no me encogí de miedo, en su lugar, lo miré desafiante.

—¿Te creés muy valiente, Smith?—. Preguntó con ira apenas disimulada. Debí haber herido su ego si estaba dispuesto a hacer esto en medio del pasillo.

—¿Haz pensado en entrar a clases de actuación?. Porque haces perfecto el papel del bully sin cerebro que quiere compensar algo ahí abajo—. Sonreí al ver cómo una vena en su frente palpitaba mientras apretaba los dientes de furia.

—Voy a golpearte tan fuerte que no sabrás ni que pasó...

—¿Ah si?. Me pregunto que diría el entrenador de éso...

Con mi comentario, todos miraron detrás, viendo que el entrenador del equipo de fútbol estaba parado con los brazos cruzados, esperando a ver cómo se desarrollaba la situación. Flash tragó saliva, soltando lentamente mi camiseta mientras mantenía la vista fija en el hombre detrás de él. Sin decir nada más, tanto él, como sus dos amigos se fueron, junto con la pequeña multitud que se había formado debido al incidente.

Cuando solo quedamos Peter, Gwen y yo, junto con el entrenador, este dijo.

—Manejaste bien la situación.

Me quedé en silencio unos segundos antes de preguntar. —¿Si sabe que él es un bully, no?.

—Flash es la estrella del equipo de fútbol, una que otra pequeña travesura es algo que puedo dejar pasar...

Suelto una risa desdeñosa. —... ¿Pequeña travesura?.

El hombre no me respondió, en su lugar dijo. —Vayan a clases.

Justo cuando dijo eso, el timbre sonó, indicando el comienzo de las clases. Los tres caminamos apresuradamente hasta nuestra aula, dejando pasar el tema por el momento.

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¡Por fin llegó la hora del almuerzo!. No entendía por qué tenía tanta hambre, pero durante toda la clase solo podía pensar en comer. Ni siquiera podía prestar suficiente atención a lo que decía el maestro, tenía suerte de recordar algunas cosas de cuando aún estaba en la escuela, por lo que cuando el maestro preguntó, pude responder y no quedar como un estúpido, pero eso no quitó el hecho de que tenía demasiada hambre para prestar atención a nada.

Ni siquiera presté atención a los murmullos de los demás estudiantes en clase, incluso si hubiera querido hacerlo. Se que Flash estaba molesto, pero no había que ser un genio o prestar atención para saber éso. Su orgullo de niño rubio arrogante no le permitía no tener el control. Y el hecho de que yo no me encogiera de miedo ante él le molestaba. La forma en la que me miraba desde su mesa lo dejaba bastante claro. Una persona adulta normal lo dejaría pasar y seguiría con su vida, pero era un adolescente, su orgullo e imágen ante los demás era lo más importante.

Sin embargo, lo ignoré mientras caminaba hasta el lugar en dónde estaban sentados Peter y Gwen. Ambos comían su almuerzo en una de las mesas más apartadas, hablando entre ellos de algo que no podía discernir. Me senté sin ninguna sutileza, empezando a devorar mi comida rápidamente.

—Aún no puedo creer que le hayas dicho eso a Flash...—. Comentó Peter tan pronto como me senté.

—Yo tampoco... Eres alguien muy valiente... O muy tonto—. Aportó Gwen a la conversación.

—Nada de éso...—. Digo, tragando un bocado. —Flash es un idiota, simplemente le dije las cosas como son.

—Pero, ¿No tienes miedo...?—. Pregunta Peter. —¿Que pasa si te golpea?.

—Entonces yo lo golpearé a él devuelta—. Contesto. —No le temo a un poco de dolor. Incluso si me golpean entre los tres, se que puedo al menos llevarme a uno de ellos.

Peter me mira sorprendido, se que para él, decir algo como esto debe ser imposible, era un chico flacucho, que muy seguramente nunca en su vida a peleado. Por lo que la posibilidad de recibir un golpe fuerte lo atemoriza.

—Q-quizas deberías hablar con uno de los maestros...—. Propuso Gwen.

—Los maestros saben lo que él hace. Ya escuchaste al entrenador, siempre que no sea algo grave, lo dejarán pasar. Y muy seguramente, siempre que no sea dentro de la escuela, no les importará—. Digo, antes de continuar comiendo. Luego, una idea se me ocurre. —Oye, Peter. ¿Por qué no vamos al gimnasio?.

—¿Al gimnasio?... ¿Hablas del gimnasio de la escuela?—. Preguntó él.

—No. Hablo de ir a un gimnasio y hacer ejercicio. Levantar pesas y éso—. Lo corrijo.

—Pero... ¿Por qué?—. Pregunta él devuelta.

—Pues, para entrenar, obviamente. ¿No quieres dejar de ser intimidado?. Si entrenamos, podrás tener fuerza para defenderte... Además, quizás a Gwen le guste como te verás con unos pocos meses de entrenamiento—. Sonreí ante esa última parte, disfrutando de cómo ambos se sonrojaban por mi comentario.

—N-no es necesario que Peter peleé si no quiere...—. Gwen empieza, pero antes de qué pueda continuar, la interrumpo.

—El no va a pelear y yá. Vamos a entrenar para ponernos en forma y poder defendernos en caso de ser necesario—. Digo, corrigiendo a la rubia. —¿Que dices Peter?.

—Yo...—. Empieza, tomándose unos segundos para pensar. —Iré... Quiero dejar de ser un debilucho incapaz de defenderse.

Sonrío ante la determinación en sus ojos.

Me pregunto cuánto durará esa determinación cuando termine su primer día de entrenamiento y su cuerpo esté demasiado cansado para moverse.

Una sonrisa maliciosa se asoma en mi rostro, delatando mis intenciones y haciendo que ambos me den miradas preocupadas. Quizás debería dejar de hacer éso. Creo que acabo de quedar como un loco.

Que vergüenza...

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Fin —.

Nada que decir. Capítulo sin mucho contenido realmente. Me llegan ideas y apenas se cómo escribir. Y encima tengo que esperar a que mi hermano lo corrija...