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—¡Sí, claro! Eh, ¿puedo ser intrusiva y hacerte una pregunta muy personal? —Aurora le preguntó a Elías, mirándolo ansiosa por una respuesta.
—Voy a dormir bien esta noche solo si puedes despejar mi duda respondiendo a la pregunta que quiero hacerte —pensó y rezó interiormente para que él estuviera dispuesto a complacerla y responder a la pregunta.
—¡Eh-oh! —Las orejas del lobo de Elías se levantaron de la emoción.
—¿Una pregunta muy personal? Eh, de acuerdo, suéltala. Dispara y luego sabré si es algo que pueda responder o no —le informó Elías.
—¡Eso al menos es una luz verde! —se alegró interiormente.
—Eh, he oído que tú y Tina están juntos... ¿Estáis saliendo quizás? —soltó de golpe.
—¡Lo sabía! Es del tipo directo. Me está gustando. Me pregunto cómo responderás a esta pregunta —dijo el lobo de Elías, burlonamente.