Quizás fue debido a nuestro sistema escolar o algo así... pero de alguna manera conseguimos tener al mismo profesor de aula durante cuatro años consecutivos.
Y debido a esto, me hicieron sentarme con Michael como mi compañero durante esos cuatro años.
No sé por qué.
No es que Noah no cambiara de compañeros con regularidad.
Pero se negó a cambiar a mi compañero.
Yo misma traté de convencerla de que debería cambiar a mi compañero.
Pero cuando me preguntó el motivo, no pude darle uno.
Michael era el mejor compañero que uno podría pedir.
Jugábamos a la lucha de piernas durante las clases aburridísimas.
En las clases libres jugábamos a la lucha de bolígrafos, a la lucha de pulgares, al buen viejo NPAT, Dragon Ball-Z, y al cricket con las manos.
Le enseñé sobre los juegos que juegan las chicas y él, a su vez, me explicó sobre el fútbol y todo eso.
Todavía recuerdo aquella clase de la tarde.
Era una clase aburrida, pero no se podía dormir ya que afuera estaba hirviendo.
Pero aún así, en el último banco, teníamos una sonrisa estúpida en la cara, nuestras piernas entrelazadas, nuestras manos agarradas con fuerza bajo el escritorio para evitar estallar en carcajadas.
Desde la esquina de nuestros ojos nos mirábamos y sonreíamos.
4o mini