Esperaba con ansias que anunciaran alguno de nuestros nombres.
Solo quedaban dos secciones. Podría estar en cualquiera de ellas.
Estaban anunciando los nombres de la sección D cuando escuché al profesor decir su nombre.
Inmediatamente crucé los dedos y comencé a rezar a Dios para que me pusiera en la misma clase que él.
Me sentía como Harry Potter... mirando el sombrero seleccionador (en este caso, el profesor) y pidiendo ser colocada en Gryffindor en lugar de en Slytherin.
Pero, desgraciadamente...
No era Harry Potter y el sombrero seleccionador no escuchó.
Mi nombre fue anunciado en la sección E.
A mi lado, mi mejor amiga - Venessa - gritó de alegría, pues las dos estábamos en la misma clase por cuarto año consecutivo.
Apenas pude esbozar una sonrisa.
Miré en su dirección y no me sorprendió verlo mirándome. Con una sonrisa triste - o tal vez yo estaba tan triste que todo me parecía sombrío - en su rostro, me asintió con la cabeza.
Sin responder, le di la espalda y suspiré.
Me sentía decepcionada de que, incluso después de 3 años de espera, no pudiera estar en la misma clase que mi primer amor.