—Tengo una idea de quién podría estar detrás de esto —de repente habló Kace y la atención de todos se centró en él—. Fue Michelle.
Michelle, que estaba haciendo su mejor esfuerzo por no soltar una carcajada al ver el estado de Selene, se tensó de inmediato. Su rostro se puso pálido cuando Kace pronunció su nombre y todas las miradas se dirigieron hacia ella.
—¿Qué tonterías estás diciendo? —interrogó Michelle a Kace, muy alerta ante su acusación a pesar de que él tenía razón—. Yo jamás haría algo así a Selene, Kace. Ella es mi amiga.
Kace suspiró, sus ojos enfocados en el tobillo de Selene mientras intentaba masajearlo para aliviarla. Podía ver que el tobillo no estaba completamente torcido en un ángulo extraño, lo cual era una buena noticia. Pero el dolor aún estaba allí.