—¿Perdone? —preguntó Anastasia, con un marcado ceño fruncido en su rostro.
Michelle intervino de inmediato. —Richard, ¿qué estás diciendo? ¿Es así como se habla a un invitado? —Lo miró fijamente, su enojo y molestia evidentes en su expresión.
La última persona que necesitaba arruinando sus planes era Richard, quien había aparecido inesperadamente de la nada. Sabía que su presencia podría potencialmente alterar todo.
Cuando lo olió, se dio cuenta de que estaba borracho.
—Maldita sea —michelle maldijo en sus pensamientos.
Miró a Selene que todavía se mostraba claramente molesta por su comentario anterior.
—Por favor Selene, lo siento por cómo él te habló. Parece que está un poco ebrio, por eso está comportándose así —se disculpó inmediatamente.
Anastasia no le respondió. Luchaba por mantener sus emociones bajo control, sintiéndose decepcionada. Había esperado que Richard cambiara, aunque fuera un poco, pero se hacía cada vez más evidente que nunca iba a cambiar.