Victor y Luci estaban en la cocina, preparando la comida mientras su hijo José, desde su cuna, los observaba con sus brillantes ojos curiosos. La tranquilidad de la tarde fue interrumpida cuando José, aplaudiendo con entusiasmo, empezó a generar un pequeño ataque de energía en sus manos. Sin previo aviso, el ataque fue lanzado hacia una pared de la casa.
El sonido de la explosión resonó por toda la vivienda. Victor y Luci, alarmados, corrieron hacia la cuna de José. Al llegar, se encontraron con una escena de devastación: la pared de la casa había desaparecido por completo, dejando un enorme rastro de destrucción que se extendía por toda la ciudad.
Victor, con el corazón latiendo frenéticamente, se acercó a José, levantándolo con cuidado. "¿Estás bien, pequeño?" murmuró, inspeccionándolo rápidamente para asegurarse de que no estuviera herido.
Luci, con los ojos llenos de preocupación, miraba la destrucción. "¿Cómo pudo hacer esto?" preguntó, más para sí misma que para Victor.
Victor sostuvo a José con una mezcla de asombro y temor. "Parece que nuestro hijo tiene un poder increíble... incluso más de lo que imaginamos."
Luci asintió, todavía tratando de asimilar lo que había sucedido. "Tenemos que enseñarle a controlar esto. No solo por su seguridad, sino por la de todos."
Victor miró a su esposa con determinación. "Lo haremos. Lo entrenaremos y le enseñaremos a usar sus poderes de manera segura. Pero por ahora, debemos asegurarnos de que esté a salvo."
Mientras la ciudad se recuperaba del impacto de la explosión, Victor y Luci sabían que tenían un nuevo desafío por delante. No solo debían proteger a su hijo, sino también guiarlo en el control de sus increíbles habilidades. Sería una tarea ardua, pero estaban dispuestos a enfrentarla juntos, con el amor y la determinación que los había unido desde el principio.
Victor, con su hijo José en brazos, se dirigió al médico especializado en la academia, un hombre mayor y sabio conocido por su habilidad para tratar y comprender las capacidades extraordinarias de los estudiantes. Mientras tanto, Luci se quedó en la zona de la explosión, usando sus habilidades para curar a los heridos y ayudar en lo que podía.
En la clínica de la academia, Victor explicó al médico lo sucedido. "Doctor, José... mi hijo... apenas tiene unas semanas de nacido, y ya ha mostrado un poder increíble. Hoy mismo, destruyó una pared de nuestra casa con un solo ataque de energía. Necesitamos entender qué está pasando y cómo podemos ayudarlo a controlar sus habilidades."
El doctor, un hombre de mirada aguda y porte sereno, observó al pequeño José con interés. "Es bastante inusual que un infante muestre tal poder a tan temprana edad. Permítanme examinarlo."
Después de una serie de pruebas, el doctor asintió lentamente. "José tiene una cantidad de energía pura muy concentrada en su pequeño cuerpo. Esto es tanto una bendición como una responsabilidad. A esta edad, no tiene control sobre sus habilidades, lo que lo hace potencialmente peligroso, incluso para él mismo."
Victor respiró profundamente, tratando de asimilar la información. "¿Hay algo que podamos hacer? ¿Algún modo de ayudarlo a manejar esto hasta que sea lo suficientemente mayor para aprender a controlarlo?"
El doctor pensó por un momento. "Podemos diseñar un dispositivo que regule su energía, algo que pueda usar hasta que tenga la edad y la comprensión necesarias para controlarlo por sí mismo. Además, necesitará un entrenamiento gradual, incluso a esta edad. Le enseñaremos a canalizar su energía de manera segura."
Victor asintió, aliviado de que hubiera una solución. "Haremos lo que sea necesario. No queremos que se haga daño ni que lastime a nadie más."
Mientras tanto, en la zona afectada, Luci usaba su magia blanca para curar a los heridos y reparar los daños. Su toque suave y la energía curativa aliviaban el dolor de las personas, quienes le agradecían con miradas de gratitud. A pesar de la destrucción, había esperanza y una comunidad dispuesta a ayudar.
Al final del día, Victor regresó a casa con José, habiendo recibido el primer prototipo del dispositivo regulador de energía. Luci también volvió, exhausta pero satisfecha por haber ayudado a muchos. Juntos, miraron a su hijo dormido con el dispositivo suavemente ajustado alrededor de su muñeca.
"Vamos a salir adelante," dijo Luci, tomando la mano de Victor. "Vamos a enseñarle a controlar su poder y asegurarnos de que crezca en un entorno seguro."
Victor asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad, pero también el poder del amor y la determinación. "Sí, lo haremos. Juntos, podemos superar cualquier cosa."
Y así, con un nuevo desafío frente a ellos, Victor y Luci se prepararon para enfrentar el futuro, dispuestos a hacer lo necesario para proteger y guiar a su hijo José.
A los días:
Victor se encontraba en la clínica de la academia, sentado en una silla mientras el médico le tomaba la temperatura y le hacía algunas preguntas de rutina. Aunque pensaba que solo tenía un resfriado común, había algo más preocupante en su interior: un poder oscuro y maligno que parecía haberse manifestado junto con su enfermedad.
Cada vez que estornudaba, sentía una oleada de energía maligna recorriendo su cuerpo. El médico, al notar esta energía, frunció el ceño y decidió indagar más.
"Victor, ¿qué has hecho durante este primer año en el planeta Tierra?" preguntó el médico, su voz grave y preocupada.
Victor, aún sintiéndose débil, trató de recordar. "He estado entrenando para controlar nuevas energías. Quería ser más fuerte, para proteger a mi familia y a mis amigos. También he pasado mucho tiempo cuidando de Luci y nuestro hijo José."
El médico asintió, tomando notas. "¿Has estado en contacto con alguna fuente de energía desconocida o has realizado algún entrenamiento que no conozca?"
Victor pensó por un momento. "He intentado canalizar energía demoníaca y maldiciones. Quería entender todas las formas de poder para estar preparado para cualquier amenaza."
El médico cerró los ojos por un momento, procesando la información. "La energía demoníaca y las maldiciones son extremadamente peligrosas, especialmente si no se controlan adecuadamente. Parece que, sin saberlo, has dejado que esta energía se infiltre en tu cuerpo. Esto podría ser la causa de tu enfermedad."
Victor se sintió culpable. "No sabía que podía ser tan peligroso. Solo quería ser más fuerte."
"Lo entiendo," dijo el médico suavemente, "pero debemos ser cuidadosos con las energías que manipulamos. Por ahora, necesito purificar tu cuerpo de esta energía maligna antes de que cause más daño."
El médico comenzó a preparar un tratamiento utilizando su propia energía mágica para purificar el cuerpo de Victor. "Esto llevará tiempo y será agotador, pero es necesario para tu bienestar y el de tu familia."
Mientras el tratamiento comenzaba, Victor cerró los ojos y pensó en Luci y José. Sabía que había tomado un riesgo enorme, y ahora debía asumir las consecuencias. Estaba decidido a salir de esto más fuerte y más sabio, aprendiendo a respetar las fuerzas con las que trataba.
A medida que el médico intentaba purificar la energía maligna del cuerpo de Victor, se dio cuenta de que la tarea era mucho más complicada de lo que había anticipado. La energía oscura se aferraba tenazmente a Victor, resistiéndose a ser expulsada. De repente, Victor abrió los ojos, que ahora brillaban con un rojo intenso, un color que no era natural en él.
Una voz grave y resonante, similar a la de Victor pero más siniestra, emergió de su boca. "Deje el cuerpo de mi recipiente," dijo la voz. "Este chico me da gusto castigarlo."
El médico retrocedió, alarmado, mientras Victor, o más bien la entidad que lo poseía, levantaba su mano derecha y la apuntaba directamente hacia él. La amenaza era clara: estaba dispuesto a quitarle la vida al doctor.
"Victor, tienes que luchar contra esto," dijo el médico, tratando de mantener la calma. "No dejes que esta energía te controle."
Pero la entidad dentro de Victor solo se rió. "No hay nada que puedas hacer, viejo. Este cuerpo me pertenece ahora."
El médico, sin dejarse intimidar, comenzó a recitar un antiguo conjuro de protección, creando un escudo mágico a su alrededor. La entidad soltó una ráfaga de energía oscura hacia el doctor, pero el escudo resistió el ataque.
"¡Victor, escucha mi voz! ¡Lucha contra esto!" gritó el médico.
Dentro de su mente, Victor podía escuchar el eco de la voz del doctor. Se sentía atrapado en una prisión oscura, pero sabía que debía encontrar la fuerza para resistir. Con cada fibra de su ser, empezó a luchar contra la entidad.
"¡No te pertenezco!" gritó Victor dentro de su mente. "¡Este cuerpo es mío!"
La lucha interna era feroz. La entidad se resistía, tratando de mantener su control. Pero Victor, impulsado por el amor hacia su familia y sus amigos, encontró una fuente de fuerza que no sabía que tenía. Poco a poco, comenzó a retomar el control de su cuerpo.
El médico, viendo el esfuerzo de Victor, redobló sus esfuerzos con el conjuro de purificación. La entidad, debilitada por la resistencia de Victor y el poder del conjuro, empezó a ceder. Logro hacer que Victor vuelva a la normalidad pero, cae al piso un poco débil y feliz a la vez.
El médico ayudó a Victor a levantarse del suelo, pero podía ver que algo aún no estaba bien. La energía maligna no se había ido por completo; su presencia aún se sentía dentro de Victor, aunque ahora Victor tenía control sobre su cuerpo.
"Victor," dijo el médico con seriedad, "la entidad sigue dentro de ti. Has logrado controlarla, pero necesitamos encontrar una forma de purificarla completamente."
Victor, respirando con dificultad, asintió. "Lo siento, doctor. No pensé que sería tan difícil deshacerme de esta energía."
La voz siniestra resonó nuevamente en su mente, burlándose de él. "¿De verdad creíste que podrías deshacerte de mí tan fácilmente? Eres mi recipiente ahora, Victor."
Victor cerró los ojos y tomó una decisión. "Doctor, necesito encontrar una solución más permanente. No puedo arriesgarme a que esta entidad tome el control nuevamente."
El médico asintió, consciente de la gravedad de la situación. "Conozco a alguien que podría ayudarnos. Un antiguo maestro de las artes místicas. Él vive en una región remota, pero si alguien puede ayudarte, es él."
Con determinación, Victor miró al médico. "Entonces iré a buscarlo. No puedo permitir que esta entidad ponga en peligro a mi familia y amigos."
"Te acompañaré," dijo el médico. "No puedes hacer esto solo, y necesitarás toda la ayuda posible para mantener la entidad bajo control durante el viaje."
Victor agradeció al médico y juntos se prepararon para la travesía. Antes de partir, Victor fue a ver a Luci y a su hijo José, explicándoles la situación.
"Luci, necesito hacer esto," dijo Victor, tomando su mano. "No puedo permitir que esta entidad me controle y ponga en peligro a nuestra familia."
Luci, con lágrimas en los ojos, asintió. "Lo entiendo, Victor. Pero prométeme que volverás a salvo."
"Lo prometo," dijo Victor, abrazándola. "Volveré y estaré completamente libre de esta energía maligna."
Con un último adiós a su familia, Victor y el médico emprendieron su viaje hacia la remota región donde vivía el antiguo maestro de las artes místicas. Mientras viajaban, la entidad continuaba burlándose de Victor, pero él se mantenía firme, decidido a encontrar una manera de purificar su cuerpo por completo.
El camino era arduo y lleno de desafíos, pero Victor sabía que debía hacerlo por el bien de su familia y amigos. Con cada paso, se acercaban más a su destino, y Victor se preparaba mentalmente para enfrentar cualquier prueba que el maestro pudiera poner ante él.
Finalmente, después de días de viaje, llegaron a una pequeña cabaña en lo profundo de un bosque místico. El maestro, un anciano de aspecto sabio y sereno, los recibió con una mirada penetrante.
"Victor," dijo el maestro, "he estado esperando tu llegada. Vamos a purificar esa energía maligna de tu cuerpo, pero debes estar preparado para enfrentar tus propios demonios internos."
Victor, con determinación en sus ojos, asintió. "Estoy listo. Haré lo que sea necesario para librarme de esta entidad."
El maestro asintió y los condujo al interior de la cabaña, donde comenzaría el arduo proceso de purificación.
El maestro observó a Victor con una mirada inquisitiva mientras preparaba los rituales y herramientas necesarios para la purificación. La atmósfera en la cabaña estaba cargada de energía mística, y el doctor observaba atentamente, listo para asistir en cualquier momento.
A medida que el ritual comenzaba, una energía oscura comenzó a emerger del cuerpo de Victor, manifestándose como una sombra inquietante. El maestro murmuraba palabras antiguas, creando un círculo de protección alrededor de Victor.
De repente, la sombra se agitó violentamente y el maestro detuvo sus cánticos. Miró a Victor con una expresión grave y dijo, "Siento un vínculo inusual en tu energía. Parece estar conectado a una entidad superior, casi divina. ¿Hiciste algún tipo de trato, Victor?"
Victor, recordando el momento crucial de su pasado, asintió lentamente. "Hace muchos años, para mí fueron al menos dos, una entidad apareció en mi cuarto. Me ofreció inmortalidad y muchos poderes, pero advirtió que esto traía una maldición. Yo acepté sin pensar en las consecuencias. Esto fue antes de ser traicionado por mi mejor amigo, Nine Sharon."
El maestro y el doctor se miraron con preocupación. "Victor," dijo el maestro con seriedad, "los tratos con entidades divinas son extremadamente peligrosos. Son pactos que no se pueden deshacer fácilmente, si es que pueden deshacerse en absoluto. Al aceptar ese trato, sellaste tu destino con una maldición que ahora llevas contigo."
Victor bajó la mirada, sintiendo el peso de su error. "Entonces, ¿no hay nada que podamos hacer?"
El maestro suspiró. "Los tratos divinos están más allá de nuestro alcance para deshacer. Sin embargo, podemos trabajar en mitigar los efectos de la maldición y ayudarte a controlar la entidad dentro de ti. Será un camino difícil, pero no imposible."
El doctor intervino, "Victor, debemos enfocarnos en fortalecer tu voluntad y habilidades para mantener a la entidad bajo control. Si podemos minimizar su influencia, podrás llevar una vida más normal y proteger a tu familia."
Victor, decidido a no rendirse, asintió. "Haré lo que sea necesario. No dejaré que esta maldición controle mi vida y ponga en peligro a mis seres queridos."
El maestro comenzó a preparar un nuevo ritual, uno que no buscaba expulsar la entidad, sino sellarla y limitar su poder. "Esto no eliminará la maldición, pero te dará el control necesario para vivir con ella."
Victor se sentó en el centro del círculo de protección, cerrando los ojos y concentrándose. El maestro recitaba palabras poderosas, y la energía en la cabaña se intensificó. La sombra dentro de Victor se agitó nuevamente, pero esta vez, bajo la guía del maestro, Victor pudo dominarla.
Horas después, el ritual llegó a su fin. Victor abrió los ojos, sintiendo un nuevo equilibrio dentro de sí. La entidad seguía presente, pero su poder estaba contenido.
"Victor," dijo el maestro, "este es solo el comienzo. Deberás continuar practicando y fortaleciendo tu espíritu. Pero ahora tienes el control."
Victor se levantó, sintiendo una mezcla de alivio y responsabilidad. "Gracias, maestro. Prometo que haré todo lo posible para mantener esta entidad bajo control y proteger a mi familia."
El maestro asintió con una sonrisa. "Confío en que lo harás. Y recuerda, siempre puedes regresar si necesitas más guía."
Con renovada determinación, Victor y el doctor emprendieron el regreso a casa, listos para enfrentar los desafíos futuros con una nueva perspectiva y fuerza.
Mientras Victor y el doctor pasaban por un pequeño pueblo en su camino de regreso, algo inesperado ocurrió. El cuerpo de Victor comenzó a temblar, y una energía oscura y maligna empezó a emanar de él, envolviendo todo a su alrededor. Los habitantes del pueblo, que inicialmente no habían notado nada extraño, comenzaron a sentirse inquietos y aterrorizados.
El doctor, alertado por la repentina manifestación, miró a su alrededor y vio cómo la energía oscura cubría el cielo, envolviendo al planeta en una sombría atmósfera de amenaza inminente. Inmediatamente comprendió que la maldición de Victor no era una simple maldición, sino algo mucho más poderoso y peligroso.
"Victor, ¿qué está pasando?" preguntó el doctor con urgencia.
Victor, con los ojos cerrados y el rostro tenso, luchaba por controlar la energía dentro de él. "No lo sé... la entidad está tratando de tomar el control. Es más fuerte de lo que pensaba."
La voz de la entidad resonó en la mente de Victor, burlándose. "¿Creíste que podrías contenerme? Soy una parte de ti ahora, y no puedes escapar de tu destino."
El doctor, viendo que la situación se estaba volviendo crítica, comenzó a recitar algunas de las palabras del ritual de contención que el maestro le había enseñado. Pero la energía era abrumadora, y parecía resistirse a cualquier intento de control.
Los aldeanos empezaron a correr, buscando refugio, mientras la energía oscura se intensificaba. El doctor comprendió que necesitaban actuar rápido antes de que la situación se descontrolara por completo.
"Victor, necesitamos encontrar un lugar seguro y aislado para intentar contener esto," dijo el doctor, tomando a Victor del brazo y guiándolo hacia las afueras del pueblo.
Victor, luchando por mantener el control, asintió débilmente. "Sí, no quiero que nadie salga herido."
Finalmente, encontraron una cueva en las colinas cercanas, donde el doctor y Victor se refugiaron. El doctor trazó un círculo de protección en el suelo, y juntos, comenzaron a trabajar en contener la energía maligna una vez más.
El doctor, concentrado y determinado, habló con voz firme. "Victor, recuerda lo que el maestro te enseñó. Tienes el poder para controlar esto. No estás solo."
Victor, respirando profundamente, se enfocó en las enseñanzas del maestro. Canalizó su fuerza de voluntad y determinación, sintiendo cómo la energía dentro de él comenzaba a responder.
Lentamente, la energía oscura comenzó a disiparse, retrocediendo bajo el control de Victor. El aire en la cueva se volvió más claro, y la sensación de peligro inminente comenzó a desvanecerse.
Después de lo que parecieron horas, Victor finalmente abrió los ojos. La energía maligna había sido contenida, al menos por ahora. Se sentía exhausto, pero también aliviado.
El doctor, respirando con alivio, se acercó a Victor. "Lo lograste, Victor. Pero debemos ser cuidadosos. Esta maldición es más fuerte de lo que pensábamos."
Victor asintió, agradecido por el apoyo del doctor. "Lo sé. Pero no voy a dejar que controle mi vida. Encontraremos una forma de vivir con esto, y protegeré a mi familia y amigos, cueste lo que cueste."
Con renovada determinación, Victor y el doctor se prepararon para continuar su viaje de regreso, conscientes de los desafíos que aún les aguardaban, pero también más fuertes y unidos que nunca.
Victor y el doctor estaban a punto de dejar la cueva cuando una voz resonó en la mente del doctor. Era una voz grave y oscura, impregnada de malevolencia. La voz se presentó como Evil Victor, la entidad que había tomado residencia en el cuerpo de Victor.
"Doctor, escúchame bien," dijo Evil Victor, su tono amenazante. "He tomado este nombre porque me gusta su significado. Victor. El vencedor. Pero él no será el vencedor. Cuando tome el control completo, él morirá. No hoy, pero será pronto. Y cuando eso ocurra, la destrucción será inevitable."
El doctor, alarmado por la comunicación mental, miró a Victor con preocupación. "Victor, la entidad está hablando conmigo. Dice que te matará una vez que tome el control completo."
Victor, sintiendo la sombra de la entidad dentro de él, apretó los dientes. "Evil Victor, ¿verdad? No permitiré que eso ocurra. Seguiré luchando, no solo por mí, sino por mi familia y todos los que amo."
Evil Victor rió sarcásticamente en la mente del doctor. "Lucha todo lo que quieras. Solo prolongas lo inevitable. Eventualmente, caerás, y yo tomaré lo que es mío."
El doctor trató de mantener la calma y comunicó mentalmente con Evil Victor. "¿Por qué haces esto? ¿Cuál es tu propósito?"
"Destrucción y caos," respondió Evil Victor sin vacilar. "Ese es mi propósito. Y usaré este cuerpo y su poder para cumplirlo."
Victor cerró los ojos, concentrándose en mantener la calma. "Doctor, no podemos dejar que esta entidad nos intimide. Debemos encontrar una manera de contenerla permanentemente."
El doctor asintió, aunque la preocupación no abandonaba su rostro. "Sí, Victor. No descansaremos hasta encontrar una solución."
Con una renovada determinación, Victor y el doctor dejaron la cueva. El aire afuera estaba más tranquilo, pero la amenaza de Evil Victor seguía latente. Sabían que cada día era una lucha constante por el control, y que la batalla final estaba aún por venir.
A medida que caminaban hacia el pueblo, Victor se giró hacia el doctor. "Debemos alertar a los demás sobre esta entidad. Necesitamos toda la ayuda posible para contenerla y proteger a todos."
El doctor asintió. "Hablaré con Rigor y los otros maestros. Tal vez ellos tengan algún conocimiento o recursos que puedan ayudarnos."
Juntos, Victor y el doctor regresaron al sendero por dónde caminaban para llegar a la academia y hablar de este problema con todos.
Mientras Victor y el doctor regresaban al pueblo, Victor sintió una punzada de dolor en su mente. Evil Victor, aprovechando un momento de debilidad, lanzó un golpe mental devastador. Victor se tambaleó, su visión se nubló, y en un instante, Evil Victor tomó el control total de su cuerpo.
El doctor, notando el cambio, se detuvo y miró a Victor con alarma. "Victor, ¿estás bien?"
Victor, o más bien Evil Victor, tronó el cuello y los puños con una sonrisa cruel. "Por lo menos ya no vacilaré tanto. Ahora, el verdadero poder se desatará."
El doctor retrocedió, reconociendo la amenaza inmediata. "Evil Victor, no tienes que hacer esto. Podemos encontrar una manera de coexistir."
Evil Victor se rió, una risa oscura y burlona. "¿Coexistir? Qué ingenuo. Solo hay espacio para uno de nosotros, y ese soy yo."
Sin más advertencias, Evil Victor extendió su mano y lanzó una ráfaga de energía oscura hacia el doctor. El doctor apenas tuvo tiempo de esquivar el ataque, que impactó en el suelo, dejando un cráter humeante.
"Debo detenerte," dijo el doctor, tratando de mantener la calma mientras buscaba una forma de contener a la entidad.
Evil Victor avanzó hacia el doctor, su presencia ominosa y amenazante. "Inténtalo si puedes. Pero recuerda, estás tratando de luchar contra el vencedor."
El doctor, con determinación, comenzó a recitar un encantamiento de contención, esperando ganar tiempo hasta que pudiera recibir ayuda de los otros maestros. Mientras lo hacía, Evil Victor se preparó para atacar nuevamente, sabiendo que cada momento que pasaba afianzaba su control sobre el cuerpo de Victor.
En ese preciso momento, algunos de los habitantes del pueblo, alertados por la conmoción, comenzaron a acercarse. Entre ellos, Zahid, Elisa, y Marcos, quienes reconocieron inmediatamente la amenaza que Evil Victor representaba.
"¡Detente!" gritó Zahid, su energía brillando a su alrededor mientras se preparaba para intervenir.
Evil Victor se giró hacia ellos, con una sonrisa malévola. "Ah, más juguetes para romper. Esto se está poniendo interesante."
Elisa, con una mirada de preocupación y resolución, se dirigió a Zahid y Marcos. "Debemos trabajar juntos para contenerlo. No sabemos cuánto tiempo podemos mantenerlo a raya."
Marcos asintió, canalizando su poder atómico. "Lo mantendremos ocupado. ¡Doctor, encuentra una solución rápida!"
La batalla comenzó, con Zahid, Elisa, y Marcos lanzándose hacia Evil Victor, intentando contener la entidad mientras el doctor buscaba una manera de liberar a Victor de su malévolo intruso. La situación era desesperada, pero la esperanza aún brillaba en los corazones de los valientes amigos que luchaban para salvar a Victor y proteger a todos los que amaban.
Continuará...