Al terminar de desayunar en familia, la abuela, aunque ciega, fue a preparar el almuerzo para todos.
Una sopa de papas, zanahorias, choclo, zapallos y pedazos de carne cortados.
Al terminar en media hora, me pidió a sus nietos que recién se despiertan a que pongan la mesa.
Pusieron los platos hondos, cubiertos, vasos y jarras de jugo fresco.
Todos los platos fueron servidos por la abuela, y al terminar los nietos de ella fueron a lavar los trastes y la mesa.
Terminaron y fueron a jugar afuera con la manguera de agua.
Peta a pesar de ser ciega todavía escuchaba bien a su edad, solo sonrió al escuchar las risas de los niños.
En cuanto a los cuatro adultos, fueron en la camioneta del hermano de Leila, a buscar paleta, queso cremoso y carne picada para hacer empanadas.
Tadeo al estar aburrido, fue al lado de su abuela a tocar la guitarra y que ella lo escuchara.
Esta solo sonrió como su nieto punteaba la guitarra.
-escucharte en vivo es muy diferente que escucharte en la radio o en los vinilos niño. - dijo la peta.
Tadeo solo resoplo divertido mientras seguía tocando la guitarra.
- ¿ya elegiste la primaria para estudiar Tadeo? - preguntó la peta a Tadeo.
-si ya la elegí, es una primaria técnica de arte de seis años, y ya decidí el secundario también, es una técnica de artes visuales y musicales de seis años también. - dijo Tadeo.
-eso es bueno, escúchame Tadeo, disfruta de ir a la escuela, no solo estudiando, tal vez encontrar grandes amistades.
No seas como tu madre que recién ahora hace amigas que no estén relacionadas porque son esposas de. - Dijo ella.
-bueno abuela, lo haré ¿por cierto como quedo ciega? - pregunto Tadeo.
-los doctores me dijeron que era genético y como no me gustaba ir al médico, me quedé ciega.
Pero ni siquiera lo siento, tu tío tono y tu tío Francisco viven cerca, y como recuerdo la casa como es, no me causó problemas.
Aunque estaría bueno ver los rostros de mis nietos y mis hijos e hijas. - dijo ella sonriendo felizmente.
Solo asintió y seguía tocando la guitarra con agilidad y prolijidad.
- ¿y como estas vos mi niño? - preguntó ella después de media hora.
-estoy bien, pero me aburro bastante. - dijo con sinceridad.
-entonces le voy a decir a tu mamá que te enseñe a montar a caballo. - dijo divertida.
-bueno. - dijo secamente Tadeo.
Él aburrido de tocar de forma inconsciente, dejo la guitarra arriba de la mesa y comenzó a pasear en el viñedo de sus abuelos, o en este caso el de abuela, después de un rato llego a un establo que había al menos cuatro caballos sanos y gordos pero enormes tanto en musculo como por altura.
Ellos acostumbrado a la presencia humana miraron al joven niño de pelo largo, este estaba sin expresión y sin miedo se acercó a uno de color marrón oscuro y el animal no lo conocía sin embargo sentía que el niño era bueno o alguien sin malas intenciones.
El caballo acerco su cabeza y comenzó a empujar la mano del niño sin miedo o tratando de sacarlo del establo, Tadeo sin saber lo que pasaba sonrió mostrando sus dientes blancos.
Poco después el niño comenzó a acariciar los otros caballos y yeguas del lugar, las voces de su cabeza le decían que le pusiera la silla y cabalgara encima de uno de ellos, pero sabía que se iba comer una cagada a pedo más grande que el monumental de river.
Lo cual solo se alejó del establo y siguió caminando en la sombra de los árboles gigantes que había plantado su abuelo hace mucho tiempo y delante de estos había un cerco de tutores y alambre para que sepan que eran propiedad de alguien y si no tenían miedo que probaran si estaba electrificada.
Obviamente estaba con corriente ya que esto fue confirmado por algunos niños pasados de curiosos.
Al llegar a la casa de la su abuela que era al menos gigante de un piso, pero con grandes medidas tanto de living, patio para plantas, habitaciones e incluso baño.
Se puso bajo techo y aburrido se fue a preparar mate mientras se sacaba la remera debido al calor de diciembre.
Como sus primos todavía no les gustaba el mate como a él, fue a tomar solo, la peta ya estaba asqueada de tanto mate, pero de vez en cuando tomaba alguno.
Y como había yuyo arrancó un par de hojas y las puso tanto en el mate como en la pava.
Al no tener nada con que acompañarla le dijo a la peta que se iba a comprar unas tortitas o galletas tanto para él como para sus primos, estos últimos se habían ido a jugar con otros niños del pueblo gigante o a este paso la ciudad.
Camino un par de cuadras y finalmente llego al almacén, saco la plata de su billetera que le regalo su papá debido al éxito de ventas tanto de ropa como musicalmente.
Después de pagar tres pesos por una docena de tortitas, se fue a la casa mientras observaba su entorno.
Las familias estaban afuera de sus casas con sillas tomando mate, gaseosa, jugos, helado o simplemente viendo como jugaban los más chicos mientras charlaban con sus familias o parientes.
Pero de la nada mientras caminaba, escucho varios chiflidos o ruidos con los labios, al buscar quien era notó que eran un grupo de niñas de al menos diez a quince años.
'este acoso es diferente' pensó para sí mismo Tadeo mientras las veía y les sonreía.
Esto fue debido a que estaba sin remera mostrando sus músculos un poco definidos tanto de torso como de hombros.
Parecía un indio debido a su pelo largo lo cual ahí llego su apodo en su vida anterior, cacique.
Las niñas al ver que el niño las miró y les sonrió, provoco que comenzaran a lanzarles comentarios.
-fua mi amor-.
-vení acá rico. -
Fueron algunos de los más rescatables mientras que los otros fueron más obscenos.
-de pasar a estar orgulloso a sentir asco- dijo despacio Tadeo haciendo que las ignorara por completo.
Al llegar a casa notó que la peta había vuelto con la pava, extrañado se preguntó porque, pero en poco segundos se respondió solo debido a que capaz solo fue calentarla.
No hacía falta, solo tenía que dejarla al sol y listo, no hacía falta prender la hornalla de la cocina.
Y poco a poco abuela y nieto comenzaron a tomar y como no había nadie ellos solos se comieron las tortitas haciendo que la peta se riera y Tadeo la acompaño sonriendo y de vez en cuando resoplaba divertido.
-tu mama me conto de tu ginofobia ¿Por qué lo tienes? Confía en esta vieja, ni quiera le diré a tu mama. - dijo la abuela de la nada.
Aun siendo ciega sabia escuchar a escondidas.
- ¿lo puede guardar peta, mi secreto? - dijo Tadeo mirando a la nada mientras brisas calientes tocaban sus cuerpos.
-me lo voy a llevar a la tumba, ni siquiera las brujas de acá y sus duendes me sacaran una palabra. - dijo ella segura y firme.
-fui abusado abuela, por una mujer tanto física como sexualmente. - dijo el recordando lo que le sucedió en su vida pasada.
Ella solo le agarro la mano, reconoció la voz de alguien que tuvo un severo trauma de esta índole, contándolo con indiferencia, pero por dentro estaba dolido.
-fue cuando todos se fueron a afuera para que papas o mamas los vinieran a buscar, ella me llamó e inocentemente la seguí, ella la sentía como una amiga e incluso le contaba cosas mías. - dijo mientras se tomaba un mate dulce.
-cuando cerró la puerta pensé era porque el aire se estaba escapando debido a que era verano, pero sus manos me taparon la boca, comenzó a besarme el rostro y el cabello, pensé que me había sucedido algo bueno o algo así. -
-poco después comenzó a tocarme mi entrepierna y besarme en la boca. Supongo que el resto ya sabrá como sigue. Poco después de pensarlo un poco en varios días, me di cuenta que fui abusado por una mujer en quien confiaba y le había contado mis secretos y sueños. - dijo modificando un poco la historia, esto no paso en esta vida.
'y espero que no pase aquí tampoco' pensó Tadeo mientras sentía como la mano de su abuela se apretaba su mano izquierda mientras que la derecha seguía preparando mate.
-ay niño… no sé qué puedo hacer por vos…- dijo la abuela mientras acariciaba la mano de su nieto.
-ya paso abuela, pero mi opinión de las mujeres cambio para siempre, por eso prefiero estar solo rodeado de amigos sin conocer a esa chica para mi vida. - dijo Tadeo.
-ojalá conozcas a esa mujer que te haga cambiar de parecer niño, si llego a descubrir que hizo algo fua… un escopetazo en el pecho le voy a dar. - dijo la abuela y el niño no esperaba escuchar eso ultimo y soltó una carcajada sincera.