El tiempo transcurría, y todo parecía sumirse en una penumbra envolvente. Los pasos resonaban en un vacío infinito, acompañados de ecos y susurros familiares que flotaban en el aire. Elaine, lentamente, recobraba la conciencia, solo para encontrarse caminando hacia una luz tenue al final de un largo pasillo.
A su lado, el ser que la había salvado la acompañaba. Detrás de él, una figura enigmática mantenía su mirada fija en Elaine. Era una mujer de baja estatura, que no alcanzaba más del metro y medio, con rasgos de ascendencia oriental: piel de tono oliva, cabello castaño oscuro y ojos verdes. Su mirada, fría y profunda, estaba enmarcada por grandes ojeras, señal de sueños interrumpidos con frecuencia. La muchacha permanecía en un silencio impenetrable, sin apartar la vista durante todo el recorrido.
D-Disculpa… ¿Q-Qué está ocurriendo…? —preguntó Elaine, con una mezcla de temor y confusión—. ¿Hacia dónde nos dirigimos…?
Tranquilízate… —respondió el ser, posando su mano sobre su cabeza y dejando caer unos granos de arena—. Ahora estás a salvo. Trata de mantener la calma y serena tu mente ante lo que estás a punto de confrontar...
Por alguna razón, Elaine volvió a sentir esa calma que le había transmitido antes en aquel callejón, pero las palabras del ser la dejaron helada. "¿Qué está pasando? ¿Por qué parece que el mundo ha perdido todo el sentido que tenía?" Se preguntaba una y otra vez mientras se acercaban a un lugar desconocido. La incertidumbre envolvía el momento, haciendo que ninguno de los presentes dijera una palabra más hasta llegar al final del túnel.
Al llegar, todo empezó a tomar forma: los asientos, la alfombra roja, la densa niebla que rodeaba el lugar. Estaba más que claro. Elaine quedó paralizada al verlo y recordarlo. Se encontraba ni más ni menos que en aquel tribunal, donde la estaban juzgando por quebrantar la ley primordial del mundo de los sueños. Un escalofrío recorrió su espina dorsal mientras se enfrentaba a lo que parecía ser su destino inevitable.
¡Oh! Pero si no es ni más ni menos que la señorita Elaine, qué grato volverla a ver por aquí… —mencionó Dóulos, con un tono sarcástico y malhumorado, mientras limpiaba sus lentes con un pañuelo. Estaba frente al tribunal, observando a Elaine con una mezcla de reproche y burla en sus ojos—. Solo espero que no trate de escapar como la última vez. Ya de por sí has causado bastantes problemas, niña… —terminó diciendo, reprochándole su actitud.
L-lo lamento… yo… no era mi intención —respondió Elaine, agachando la cabeza, sintiendo el peso de la culpa ante Dóulos.
Jo… por lo menos tienes la valía de disculparte… —mencionó Dóulos sorprendido—. Muy bien… por favor, todos, tomen asiento.
La muchacha que los acompañaba decidió acatar la orden y se separó del misterioso ser y de Elaine, pero el ser hizo caso omiso y acompañó a Elaine hasta el estrado sin separarse ni un momento.
Perdone señor Sandman, pero creo haber sido claro que tomaran asiento. Solo la acusada puede estar aquí presente —dijo Dóulos, dirigiéndose al ser con una mezcla de respeto y exasperación.
… Sand…. ¿Sandman? —murmuró Elaine, elevando la vista hacia el ser, viéndolo con ojos de admiración.
Oh, lo siento Dóulos, pero me temo que debo decirte que no puedo hacer eso… no si quieres que el juicio se desarrolle bien, si sabes a lo que me refiero —respondió Sandman, proyectando una mirada penetrante a Dóulos, dándole a entender la situación.
V-vale señor Sandman, perdone mi atrevimiento, por favor, siga con lo suyo —dijo Dóulos, retrocediendo apenado ante la presencia imponente de Sandman.
En ese momento, una espesa niebla crepuscular llenó la sala, y los representantes de Hipnos hicieron su entrada. Sin emitir sonido alguno, su presencia imponía orden y respeto ante todos los presentes.
Todos, pónganse de pie para dar recibimiento una vez más a los representantes de Hipnos —anunció Dóulos, y todos, incluyendo Sandman, obedecieron sin cuestionar.
Con todos los presentes, incluidos aquellos que apoyaban a la acusada, el juicio dio inicio. El ambiente se volvió aún más tenso mientras uno de los jueces levantaba su brazo y resonaba con su martillo, iniciando formalmente el juicio definitivo contra Elaine Nox.
Elaine no pudo evitar levantar la cabeza y echar un vistazo nuevamente a su alrededor. A diferencia de la primera vez, todos en las tribunas, tanto corderos como coyotes, se mostraban más dóciles, sin siquiera producir un mínimo suspiro. Seguramente esto se debía a la presencia de los sujetos que la acompañaron, especialmente Sandman, quien parecía ser respetado por todos en aquel lugar.
Mientras sus ojos recorrían la sala, notó caras nuevas en el público. Curiosamente, algunas eran más humanas, pero con la peculiaridad de poseer rasgos antropomórficos. Observó la mezcla de corderos con rasgos humanos, coyotes con figuras humanas, y otros seres aún más extraños: relojeros y campanarios que poseían un rostro, o seres cuya apariencia parecía ser la mezcla de animales y objetos comunes, todos observando en silencio.
Incluso había gatos, tanto silvestres como hogareños, reposando en las graderías, todas aquellas miradas, brillaban con desdén desde la penumbra, Elaine sintió una mezcla de asombro y temor al ver la variedad de criaturas que se habían reunido. La primera sesión debió haber causado un gran impacto, atrayendo la atención de muchos de los habitantes del mundo de los sueños, haciendo que prestaran principal atención en el juicio de la señorita Nox.
Agradezco la presencia de los aquí presentes —comentó Dóulos—. Estando por fin aquí los involucrados en la defensa de la señorita Nox, me gustaría iniciar contemplando y dando más detalle de la razón por la cual la señorita Nox ha sido sentenciada —continuó Dóulos mientras caminaba por el lugar—. Y tomando en cuenta que, desde la última vez que la acusada estuvo aquí presente, sucedieron algunos acontecimientos relacionados, quisiéramos también traerlos a colación. Así que, permítanme comenzar...
En ese momento, Elaine no pudo evitar revivir, a través de recuerdos fugaces, aquellas escenas en el callejón: los sujetos que la atacaron y las criaturas que masacraron a esos mismos atacantes. No obstante, Elaine sentía que algo se le pasaba por alto, algo importante.
Sandman, al percatarse, volvió a posar su mano sobre la cabeza de Elaine, dejando caer pequeños granos de arena sobre ella. Elaine volvió a tranquilizarse lentamente. Sus ojos se encontraron con los de Sandman, quien le ofreció una mirada reconfortante. A pesar de su presencia tranquilizadora, Elaine no podía evitar sentirse pequeña y vulnerable en aquel tribunal.
Elaine —dijo Sandman en voz baja, inclinándose hacia ella— Recuerda que debes mantener la calma. Confía en nosotros, todo se resolverá.
Elaine asintió levemente, tomando aire para calmar sus nervios. La presencia de Sandman le daba un poco de esperanza, pero el miedo seguía latente. Miró nuevamente a los representantes de Hipnos, cuyos rostros huecos y vacíos permanecían inescrutables. La tensión en el aire era palpable, y Elaine supo que debía concentrarse y confiar en sus aliados si quería demostrar su inocencia.
Anteriormente, se han presentado cambios cruciales en el comportamiento de nuestro mundo. —comentó Dóulos, con su voz resonando en el silencioso tribunal— Según los reportes de nuestros recolectores, la presencia de pesadillas es cada vez más intensa. Ni siquiera en los períodos de mayor ajetreo se han presentado cifras tan altas como las que ha habido en los últimos tiempos... Las pesadillas parecen estarse volviendo más fuertes...
El último comentario de Dóulos provocó que todos en el público se estremecieran de temor. Para ellos, las pesadillas no eran algo con lo que bromear.
también, quiero agregar que se ha registrado un comportamiento inusual en los campos del descanso. —agregó Dóulos, mientras sus ojos recorrían el auditorio— Según nos informan, y de forma difícil de explicar, la señorita Nox se encontraba deambulando en las fronteras del umbral. Aún no sabemos cómo logró aquel acontecimiento, no sin antes haberse informado de inmediato que ella hubiese salido de su "burbuja". El caso es que, posterior a ser escoltada de nuevo a los campos, presenciamos que el velo había sido rasgado. — Finalizó Dóulos, dejando caer un pesado silencio sobre la sala.
¡E-eso no es cierto! —respondió Elaine, levantándose de golpe, y alzando su voz con desesperación— Y-yo no recuerdo haber... estado en un sitio as-
Sandman la detuvo, tomando su brazo con firmeza, pero con una mirada calmada que le pedía silencio. Elaine captó el mensaje, entendiendo que no debía interrumpir aún. Con un rostro triste y preocupado, se dejó caer de nuevo en su asiento, sin decir una sola palabra más.
Dóulos observó a Elaine con sorpresa, pero no permitió que su actitud lo desafiara. Continuó entonces con los detalles del caso.
.. Quiero agregar que, desde que descubrimos que el velo fue rasgado, creemos que existe una correlación directa con el incremento de las pesadillas y sus comportamientos agresivos. —explicó Dóulos— No sabemos exactamente cuándo se produjo el rasgado, pero es probable que sucediera no hace mucho tiempo...
Sus palabras provocaron un murmullo inquieto entre los jueces, quienes se inclinaban en conferencias inaudibles mientras procesaban la información.
Pero lo más preocupante del caso —continuó Dóulos— es lo que descubrimos hace un par de noches. Según el informe de la señorita Rose, las pesadillas parecen haberse organizado y han logrado traspasar el plano onírico para manifestarse físicamente en el mundo terrenal.
Estas revelaciones hicieron que el público murmurara alarmado, temiendo un escenario en el que las pesadillas pudieran descontrolarse por completo.
¡Ejem! Les pido que mantengan la calma... aún no he terminado —dijo Dóulos, intentando restaurar el orden— Como decía, el caso más reciente involucra nuevamente a la señorita Nox. Tras su última fuga y su regreso al plano terrenal, esa misma noche se observó la aparición de pesadillas, atraídas por la situación crítica en la que se encontraban la señorita Nox y su acompañante...
En ese instante, Elaine sintió una punzada de horror. Recordó de repente aquello que pasaba por alto, a su amiga Clara, y el pánico se apoderó de ella. Se levantó de golpe, con su voz quebrada por la desesperación.
¡¡¿C CLARA?!! —gritó Elaine, observando llena de angustia— ¡¿DÓNDE ESTÁ?! ¡¿DÓNDE LA TIENEN?!
Sandman intentó calmarla, tomando su brazo con suavidad y posando su mano sobre su cabeza.
Tranquilízate, Elaine... Por favor, siéntate. —le dijo Sandman, con una voz calmante que intentaba contrarrestar su terror.
¡N-NO... NO ME TOQUES! — respondió Elaine, empujando a Sandman de manera instintiva y alejándose de él.
El rechazo de Elaine desencadenó un torbellino en su mente. De repente, todos los recuerdos y sensaciones del callejón regresaron con una fuerza abrumadora, cada rose, cada sensación, cada estruendo, inundando su mente con una oleada de dolor y angustia.
¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAGGGGHHHHHHHHHH!!!!! — Elaine gritó de dolor, encorvándose y llevando las manos a su rostro. Su cuerpo se retorció en agonía, y no pudo evitar vomitar, cayendo sobre sus rodillas mientras se entregaba a su desesperación.
El público observaba estupefacto. Nunca antes habían visto una reacción tan intensa de un humano en un juicio. Algunos murmuraban entre sí, cuestionándose la normalidad de tal comportamiento.
.. No es normal... — murmuró la muchacha que los acompañaba desde el público, con una mirada fría y los brazos cruzados— Esta chica ha atravesado un evento traumático de gran magnitud. Con tantos sucesos abrumadores simultáneos, es impresionante que aún pueda mantener la cordura. Si no fuera por Sandman...
Sandman se movió rápidamente hacia Elaine, envolviéndola en un resplandeciente halo de arena cósmica. La arena brillaba intensamente, iluminando brevemente el recinto y funcionando como un neutralizante de su dolor. Todos observaban con atención, esperando que el efecto de la arena calmara a Elaine.
Poco a poco, Elaine comenzó a tranquilizarse. Su llanto se fue apagando, y empezó a recuperar la compostura, aunque el miedo seguía latente. Sus lágrimas se secaban mientras susurraba con voz temblorosa:
¿D-donde...? ¿D-donde está C-clara...?
Sandman, con un tono tranquilizador, le respondió mientras posaba sus manos en ella.
Tranquilízate, Elaine... —dijo Sandman— Clara está bien. La llevé a su casa y sané sus heridas. No la traje aquí porque no forma parte de este juicio.
Elaine asintió lentamente, sintiendo un tenue alivio en medio de su tormento. Aunque el miedo no desaparecía por completo, las palabras de Sandman le ofrecían un rayo de esperanza en un mar de incertidumbre.
Muy bien... esa sería la información que poseemos hasta el momento, su señoría —dijo Dóulos, con un tono que pretendía restaurar el orden en la sala, tras notar que el ambiente se había tranquilizado. — Con lo presentado hasta ahora, hemos llegado a la conclusión de que la señorita Elaine Nox puede ser la culpable de rasgar el velo... puede que se trate... de una "Trascendida" ...
Con esto último, Dóulos logró conmocionar a todos dentro del público, en ese instante, la mirada de todos los presentes hacia Elaine cambió de forma abrupta.
Por ende —Continuó Dóulos— Puede que sea también la responsable de la desestabilización de las pesadillas. Si alguien del bando defensor desea agregar algo, que pase al estrado ahora. —concluyó, señalando con su pata el estrado.
Sandman, con cuidado, levantó a Elaine y la guio de vuelta a su asiento. Luego dirigió su mirada hacia el público, específicamente hacia la muchacha que los acompañó, quien estaba lista para tomar la palabra.
Mi querida Rose, por favor, haz los honores. —indicó Sandman con un gesto sereno.
Rose, sin dudar, se levantó con firmeza y se dirigió hacia el estrado, su presencia imponía respeto ante los seres del mundo de los sueños que normalmente no consideraban a los humanos dignos de su atención.
He de aclarar que los eventos descritos son completamente verídicos —comenzó Rose—. Tras la ruptura del velo, el equipo de recolección y nosotros los evocadores, junto con los guardias, hemos trabajado para restaurar la brecha. Aunque hemos logrado neutralizar la rasgadura, la presencia de pesadillas en el plano terrenal persiste. Fui convocada por el gran Morfeo para investigar esta ruptura y, junto con el señor Sandman, hemos dedicado nuestro tiempo a rastrear las pesadillas.
Al escuchar esto, la audiencia se estremeció.
Hasta ahora, hemos encontrado varias pesadillas transitando por callejones y lugares estrechos, pero ninguna que representase algún peligro —continuó Rose— Estas han sido neutralizadas inmediatamente. Tras esto, me he puesto en contacto con algunos de mis colegas evocadores, los cuales me han confirmado que, hasta el momento, no se han topado con ninguna pesadilla en su respectiva región. Todo cambió hasta la pasada noche, en donde pude detectar una fuerte presencia de pesadillas concentradas en un callejón de la ciudad, Sandman se adelantó al caso, y al llegar, fue dónde encontramos a la señorita Elaine junto con su amiga.
Finaliza Rose con su testimonio, tras eso, Dóulos se acerca a ella para realizar una serie de preguntas.
Muy bien, señorita Rose —dijo Dóulos— Quisiera preguntarle, ¿notó alguna peculiaridad en ese momento? ¿Por qué las pesadillas acudieron a la ubicación de la señorita Nox? ¿Cree que pueda haber alguna relación directa entre las pesadillas y la acusada?
No, no considero que haya una relación directa entre las pesadillas y la señorita Elaine —respondió Rose— Como sabemos, las pesadillas son seres inconscientes que actúan como animales, guiándose por su instinto y hambre. Son atraídas por emociones fuertes, como el odio o el miedo. Analizando la situación, tanto la señorita Elaine como su amiga estaban... bueno... siendo asechadas y abusadas por un grupo de individuos despreciables...— agregó Rose, visiblemente disgustada al recordar la escena.
Mientras Rose concluía su testimonio, una voz impulsiva se escuchó de entre el público, y una figura misteriosa se levantó, y saltó hacia el frente de las tribunas. Ya frente a la luz de todos, se presenció un ser con forma humana, para ser exactos la de un chico joven e intrépido, pero con la característica de poseer unos cuernos retorcidos y una cola larga que terminaba en forma de corazón. Dió paso al frente, y se fue acercando lentamente hacia la tribuna.
.. ¿así que crees que la chica no puede estar relacionada con esas cosas? Yo no estaría tan seguro... —Menciona el sujeto— a lo mejor, puede que la chica lo haya planeado todo, generando la situación apropósito y atrayendo a sus amigas las pesadillas para alimentarlas.
¿¡Phalos?! — exclamó Rose—¿Qué crees que estás haciendo?
Ey ey, tranquila, solo estoy aportando mi punto de vista como buen habitante de este mundo —respondió Phalos, quien le guiña el ojo y muerde su labio de forma juguetona.
No, de ninguna forma puede ser eso —replicó Rose con enojo—. Ningún humano sería capaz de crear una situación tan asquerosa y degradante solo para alimentar a las pesadillas.
.. ¿y tú crees conocer muy bien a los humanos? —replicó Phalos— tal vez no seré un experto, pero considero que puede ser una posibilidad, Aparte, eso no quita el hecho, como mencionó Dóulos, que la chica se trate de una Trascendida, y sabes que implica eso, ¿no? Mi querida Rose.... —Respondió mientras la miraba de forma desafiante.
Rose quedó petrificada con esto último, de alguna forma no pudo evitar impotencia, por lo que apartó su mirada de Phalos. Los jueces comenzaron a murmurar entre ellos, y las criaturas del mundo de los sueños también debatían, dando cierta razón a Phalos.
.. detente, no tienes nada que ver con este juicio. —dijo Sandman con firmeza.
Kya~ Mi querido Sandman se ha enojado conmigo. —dijo Phalos con un tono juguetón.
Hablo en serio —replicó Sandman. — No compliques más nuestra situación.
Phalos, reconociendo la seriedad en las palabras de Sandman, se retiró del lugar en silencio, murmurando entre dientes.
Solo quería decir que... no se puede confiar del todo en los humanos... — agregó Phalos, mientras avanzaba con las manos en los bolsillos y una mirada grave.
Con la intervención de Phalos, Rose no pudo seguir hablando, y prefirió declarar hasta ahí y retirarse, Sandman también consideró que era lo apropiado, por lo que permitió que se retirara y agradeció que diera el testimonio. Los jueces se reunieron para deliberar sobre las nuevas evidencias y testimonios presentados. La tensión en la sala era palpable mientras todos esperaban el próximo paso en el juicio, conscientes de que la verdad aún permanecía parcialmente oculta entre las sombras de la incertidumbre.
Los murmullos de los jueces volvieron a resonar en el ambiente, pero algo parecía diferente. Sus voces se alzaban y recitaban palabras en una lengua desconocida, mientras que el viento resoplaba con fuerza, haciendo eco en la sala.
¿Q-qué está sucediendo? — dijo Elaine, con un tono de preocupación en su voz.
Están dictaminando tu sentencia... — respondió Sandman, observando la escena con seriedad.
De forma abrupta, los jueces se detuvieron. Uno de ellos dirigió su mirada a Dóulos, transmitiéndole el resultado de su veredicto. Dóulos lo comprendió al instante y, visiblemente asustado, procedió a recitar el veredicto final.
Los representantes de Hipnos han determinado, en base a los testimonios presentados, que la señorita Elaine Nox es... CULPABLE. —declaró Dóulos, con una expresión de decepción en su rostro.
El público presente alabó el veredicto del jurado. Entre los elogios y el alborozo, Rose se mostró sorprendida, pero, a la vez, indiferente, como si en el fondo hubiera anticipado este resultado. Por otro lado, Sandman se indignó, inclinando su cabeza y dirigiendo una mirada de disculpa hacia Elaine, lamentando no haber podido hacer más por su caso. Elaine, impactada y sin saber cómo reaccionar, miraba con miedo e intriga a los jueces, sus ojos abiertos de par en par.
Dóulos prosiguió, acomodándose los lentes y relatando los susurros que uno de los jueces parecía proyectar. —Por lo tanto, se ha determinado, que el castigo de la acusada será-
DETENGAN EL VEREDICTO. —interrumpió una voz grave que silenció al instante a todos los presentes.
De repente, en dirección al pasillo por el que habían entrado antes Elaine y compañía, hizo acto de presencia un ser imponente. Su musculatura formidable estaba cubierta por una densa toga de acabados griegos. Su rostro, semejante al de los sabios filósofos de la antigüedad, tenía un monóculo en el ojo izquierdo y una gran cornamenta adornada con delicados hilos dorados que parecían bailar en armonía con su cabellera blanca y su pronunciada barba. No se trataba ni más ni menos que del señor de los sueños, el gran Morfeo.
Al hacer acto de presencia, Morfeo hizo que todo el público presente se inclinara hacia él en señal de respeto, incluyendo a Rose y a Sandman. Morfeo avanzó con paso firme hacia el estrado, su enorme presencia hacía ver como hormigas a todos los presentes en el tribunal.
¡S-señor Morfeo! No creí que alguien como usted haría acto de presencia en un juicio como este. — respondió Dóulos, sorprendido.
Claro que debía hacer presencia —recitó Morfeo— no por nada los actos cometidos por esta mortal han desencadenado acontecimientos atroces en mi reino... ahora si me permiten...
Morfeo fue interrumpido por los representantes de Hipnos, quienes, a diferencia del resto, no mostraron ningún tributo hacia él. Con sonidos inentendibles, parecían explicarle la situación en la que Morfeo se encontraba en esos momentos.
Lo lamento su señoría... —dijo Morfeo— Sé que se me está prohibido interferir en los juicios una vez han tomado la decisión. Pero no he venido a cuestionar su juicio, de hecho, estoy aquí para negociar la sentencia.
El jurado se mostró intrigado y permitió que Morfeo continuara con su propuesta.
Les agradezco. —dijo Morfeo, haciendo una pequeña reverencia— Como les decía, tomando en cuenta lo que han relatado, como la inexplicable aparición de la chica en las fronteras del umbral, lo sucedido en la primera sesión, que logró romper las cadenas de su señoría y escapar sin problemas de este plano... y cómo no, la situación que se desencadenó en ese callejón, he llegado a la conclusión de que la chica aquí presente tiene las capacidades suficientes... para sernos útil...
Sandman reaccionó e interrumpió abruptamente a Morfeo.
¡Señor Morfeo! ¿No estará usted queriendo proponer?... no... ¡NO! ¡es una locura! — dijo Sandman, preocupado.
Le pido Joven Sandman, que no me interrumpa. —respondió Morfeo, dirigiéndole una mirada de desaprobación.
.. Lo siento mucho, señor... — dijo Sandman, apenado, sentándose sin decir más.
Como decía... considero que la chica tiene el potencial para ayudarnos. Parece desbordar una cantidad considerablemente alta de energía onírica, tan alta que logró pasar desapercibida hasta hace no mucho, de todos nosotros... —continuó Morfeo—. Es por ello que quiero que la dejen bajo mi jurisdicción, y junto con los evocadores, encontrar la anomalía que está perturbando nuestro mundo.
Todos quedaron intrigados ante la propuesta de Morfeo, y los jueces se mostraban interesados.
Si la chica resulta ser la culpable definitiva de todo, yo mismo con gusto me encargaré de eliminarla... Pero antes de que eso suceda, me gustaría... exprimir todo su potencial... —dijo Morfeo, mostrando un gesto de curiosidad en su rostro.
Señor Morfeo, con el mayor de los respetos... considero que tales acciones no son prudentes. Experimentar con las capacidades de los mortales es algo que considero moralmente cuestionable. —agregó Sandman sin levantar la mirada del suelo—. .. yo no apruebo que-
Estás exagerando, joven Sandman... —replicó Morfeo con cara de desaprobación—. Ninguno de nuestros evocadores ha presentado algún problema por sacar a relucir sus capacidades... aparte, queda en completa voluntad de ellos si desean cooperar con nosotros... ¿oh no es así? ¿Señorita Rose? —mencionó Morfeo, dirigiendo su vista hacia el público.
Rose solo asintió con la cabeza, sin atreverse a decir alguna palabra.
Muy bien... así está la cosa. —dijo Morfeo, agachándose, apoyándose en una pierna y tendiendo su mano hacia Elaine—. Así que dime, jovencita... ¿te gustaría colaborar con nosotros para demostrar tu inocencia? —le sugirió Morfeo, mirándola con un rostro amable y humilde, mientras le sonreía de forma encantadora.
Elaine, sin más opciones, viéndose rodeada por la presión, con una inevitable muerte si no aceptaba y un rayo de esperanza para poder escapar, aceptó sin dudar la propuesta de Morfeo. Asintió con su cabeza y tomó su mano para sellar el pacto.
Muy bien... —sonrió Morfeo—. Ahí lo tienen, su señoría, la acusada aquí presente está dispuesta a ayudarnos, y todo será guiado bajo mi supervisión. Por lo que, si consideran mi propuesta, estaré más que a gusto de colaborar con ustedes. —agregó Morfeo, realizando una reverencia hacia el jurado.
El jurado se tomó su tiempo, platicando entre ellos de forma exhaustiva, y finalmente, recitaron de forma inentendible hacia todos los presentes.
E -entiendo... —dijo Dóulos —. Los representantes de Hipnos han determinado que la señorita Elaine Nox será sentenciada a servir a la gran autoridad del mundo de los sueños, su señor Morfeo, y bajo su cargo, demostrar su inocencia sirviendo a su causa.
Dicho esto, uno de los jurados golpeó con su martillo para finalizar el juicio de Elaine. Todos quedaron asombrados ante el resultado, pero sin dudar, aplaudieron hacia su eminencia, el señor Morfeo, por tomar a cargo el juicio, a lo que lo aclamaron y beneraron. Morfeo, sin tiempo que perder, se levantó del suelo y le pidió a Elaine que le acompañase, seguido a su vez por Sandman y Rose.
Dóulos... —pronunció Morfeo—. Te pido que también nos acompañes... te espero en la sala del trono.
¡S-sí señor! —respondió Dóulos, saliendo corriendo de inmediato para adelantarse y llegar antes a la sala del trono.
Los representantes de Hipnos se levantaron y procedieron a desaparecer del lugar a través de una fuerte ventisca impulsada por un río cósmico. Las luces del lugar se apagaron poco a poco, y todos los presentes procedieron a retirarse para continuar con sus labores en el mundo de los sueños.
Mientras todos avanzaban por el vasto mundo onírico, el paisaje que se desplegaba ante Elaine era de una magnitud surrealista. Un vasto cielo nocturno se extendía sobre un vacío infinito, bajo el cual flotaban islas de formas caprichosas: algunas eran cuadradas, otras esféricas, y otras parecían meros fragmentos de tierra suspendidos en el aire. Todo en este reino parecía levitar sobre un abismo sin fin.
Las criaturas que antes habían observado se movían a su ritmo, inmersas en sus vidas. Corrían y disfrutaban entre los campos flotantes, mientras en el horizonte se divisaban caravanas escoltadas por guardias imponentemente armados y cornamenta pesada, transportando algo de indudable importancia.
¿Qué son... bueno, quienes son todos los que están aquí? —Preguntó Elaine maravillada.
... Oniros... —Respondió Rose— Manifestaciones de energía, hijos de Hipnos, encargados de trabajar y manipular la energía onirica y los sueños.
¡Oh! Ya veo —Dijo Elaine sorprendida— tienen una forma... curiosa, jaja.
En realidad, ninguno posee forma física —aclaró Rose— solo se presentan así a los visitantes del plano terrenal, adoptando la forma que desean mostrarles.
Continuaron su camino hasta llegar a su destino, el palacio de Morfeo. Esta majestuosa construcción se erguía sobre una acumulación de polvo estelar, y para llegar a ella, tuvieron que atravesar nubes que se movían en dirección directa al palacio. Una vez dentro, el esplendor era deslumbrante. Columnas dóricas se alzaban hacia el cielo como si intentaran alcanzar el infinito, y la bóveda del techo parecía estar tejida con el cielo estrellado mismo. Los acabados en plata, mármol y piedras preciosas se integraban armoniosamente con la iluminación celestial, creando un ambiente de sublime elegancia.
Al llegar a la sala del trono, un grupo de oniros aguardaba la llegada de su señor. Entre ellos se encontraba Dóulos, esperando pacientemente frente al trono. Morfeo tomó su lugar, preparándose para tratar los asuntos necesarios con la señorita Nox.
Muy bien... trataré de ser conciso —dijo Morfeo—. A partir de ahora, la muchacha aquí presente estará bajo mis órdenes. Por eso, requiero que todos los presentes y habitantes del mundo onírico trabajen en concordancia con ella para alcanzar nuestro objetivo.
Los oniros escucharon con atención y asintieron a la solicitud de Morfeo sin cuestionar, aunque algunos mostraron rostros de desdén y escepticismo ante la idea de colaborar con un humano. Sin embargo, nadie se atrevió a protestar abiertamente.
Sandman, aún disgustado por la decisión de Morfeo, no pudo ocultar su descontento. El gran señor se percató de su malestar y se dirigió hacia él.
Joven Sandman —dijo Morfeo—, veo que te preocupa la muchacha. Me gustaría pedirte que te encargues de ella por mí, que la guíes y la entrenes para enfrentar su sentencia acorde a lo establecido. ¿Puedo contar contigo?
Sandman, sorprendido, asintió sin dudarlo.
¡S í, mi señor Morfeo! —dijo Sandman— Le prometo que no lo defraudaré. —Terminó con una reverencia.
Perfecto —respondió Morfeo—. En ese caso, pueden retirarse por ahora. Imagino que nuestra invitada debe estar agotada tras todo lo que ha enfrentado. Dependerá de ti, joven Sandman, asegurar que la muchacha se recupere en condiciones óptimas. Una vez lo logre, les pediré que regresen aquí. Dóulos los esperará y guiará sus acciones bajo mis órdenes. ¿Está claro?
¡S-sí, señor! —respondió Dóulos— Haré todo cuanto pueda.
Con una sonrisa y un ligero resoplido, Morfeo empezó a petrificarse gradualmente, haciendo que la luz celestial que iluminaba el recinto disminuyera levemente. Todos los óniros presentes se retiraron, salvo Dóulos, quien guió a Elaine y compañía hacia los aposentos internos del palacio.
.. —dijo Dóulos—. Dado que la señorita Elaine trabajará con nosotros, no podemos devolverla a los campos del descanso. A partir de ahora, se le asignará una habitación dentro del palacio junto con el resto de los evocadores. —Explicó mientras recorrían los pasillos laberínticos del palacio— Cada vez que se te necesite, tu conciencia será transportada a este plano, y al romper tu burbuja, despertarás en tu cuarto aquí dentro del palacio.
Elaine asintió, aunque no entendía todos los detalles, intentó captar lo esencial. Finalmente, llegaron al sector de las recámaras de los evocadores, donde un pasillo lleno de puertas se extendía. La puerta de interés flotaba en el aire al frente del pasillo.
N o te preocupes por tener que buscar la puerta de tu habitación —dijo Dóulos—. Cada vez que la necesites, se materializará frente a ti. Solo los respectivos dueños pueden entrar en ellas; los demás evocadores o visitantes no tienen acceso sin permiso.
Dóulos abrió la puerta, revelando una habitación lujosa con acabados de la época victoriana, incluido un piano de cola. Elaine entró asombrada mientras el resto se detuvo en la entrada.
Descansa todo lo que puedas, señorita Nox —le dijo Dóulos mientras se acercaba—. Lo necesitarás, pues muy pronto te llamaremos para prepararte para los desafíos que se avecinan.
Dóulos extendió una de sus patas y recitó palabras en una lengua extraña. Una barrera translúcida empezó a formarse a los pies de Elaine, envolviéndola lentamente.
¡E -esperen! —exclamó Elaine—. ¿Qué pasará con ustedes?
No te preocupes por nosotros —respondió Sandman—. Nos veremos más pronto de lo que crees. —dijo mientras se despedía amistosamente.
Con esas palabras, la barrera se cerró alrededor de Elaine, dejándola en reposo mientras el resto de los presentes se retiraban en completo silencio.
Ya en el plano terrenal, Elaine descansaba profundamente en su cama, con Rose y Sandman a su lado, observándola con una mezcla de preocupación y esperanza.
¿... C rees que ella tenga lo necesario para enfrentar a las pesadillas? —preguntó Sandman, con una voz apagada y cargada de inquietud.
Sí... tiene potencial —respondió Rose sin dudar—. Como dijo el señor Morfeo, ella posee una gran cantidad de energía onírica…. De hecho, Jamás había visto antes tanta energía onírica acumulada... Si no aprende a controlarla, tarde o temprano eso la terminará matando de todos modos.
.. —dijo Sandman con un suspiro—. Siendo ese el caso, me quedaré junto a ella para tratar sus heridas... ¿Tú qué harás, Rose?
Volveré al callejón —respondió Rose—. Debo llegar primero al lugar del crimen antes que otra sección de la policía. Así podré analizar la escena y tomar el caso, antes de que otros interfieran con mi trabajo.
Rose tomó sus cosas y se despidió de Sandman con un leve gesto. Salió del edificio y se subió a su auto, conduciendo por las vacías y desoladas calles nocturnas de la ciudad. La oscuridad envolvía todo con una presencia casi tangible, aumentando la incertidumbre de una noche que parecía no tener fin.