—Terminé mi desayuno lánguidamente abajo antes de notar la figura de Sang Shixi saliendo de las puertas de la villa —dije yo.
Le pedí a Xiao Sha que verificara si Sang Shixi se había ido, y ella me dijo que ya se había marchado en coche.
—Una capa de sudor frío brotó en mi espalda que no se secó durante mucho tiempo —murmuré.
Cada vez que estaba a solas con Sang Shixi, siempre había esta sensación que hacía que todo mi cuerpo estuviera incómodo.
—Me sentía como si Sang Shixi hubiera lanzado un hechizo en lo más profundo de mi corazón, y si no lo rompía, podría perderlo todo —confesé.
—Después de que Sang Qi regresó, le dije que Sang Shixi había estado aquí y me pidió que asistiera a la celebración del primer mes del niño pasado mañana —continué.
—Él pensó por un momento y luego me miró con calma —recordé—. "No tienes que ir".
—Pero él dijo que en cuanto yo vaya él me divorciaría inmediatamente—repliqué.