—¡Jefe de Familia! —Lu Shaochen apretó los dientes, sus labios completamente pálidos.
—Shaochen, llegará el día en que serás incluso más fuerte que él —habló seriamente el jefe de los Lu—. El mundo del Dao Marcial es interminable, mientras albergues un aliento de odio, algún día, serás capaz de alcanzar la cima del Dao Marcial.
—¡Sí! —Lu Shaochen asintió apretando los dientes.
—¡Jajaja! —En ese momento, Ding Qianqiu estalló en carcajadas—. Joven Gran Maestro, ¡has calculado mal!
Justo cuando Guo Yi estaba utilizando la Palma de los Cinco Elementos para responder a ese implacable ataque de Fuerza Externa, Ding Qianqiu de repente agarró el vacío, como si fuera un viejo molinero, o como un anciano practicando Taiji en el parque.