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Temprano la siguiente mañana, Samantha se despertó al sonido de las olas en el exterior. Abrió los ojos lentamente, se envolvió en la manta antes de sentarse y luego miró hacia un océano que se extendía tanto como sus ojos podían ver.
—¿Estás despierta? —preguntó Timothy, posó su mirada en ella después de salir del baño y levantó su barbilla para llamar la atención hacia el sofá—. La ropa está ahí. Ve y arréglate. Necesitamos irnos.
Samantha se quedó sin palabras por un momento y luego preguntó:
—¿Hay algo que necesitemos hacer?
—Sí.
Timothy caminó directo hacia el vestidor después de responderle.
Samantha parpadeó un par de veces. Se suponía que estaban allí de vacaciones, ¿verdad? ¿Tenían algún itinerario?
Se levantó de la cama, entró al baño y se lavó rápidamente antes de caminar hacia el sofá. Había una caja sobre él, la cual abrió para echar un vistazo.
Había un vestido blanco sencillo en la caja, aunque parecía más un vestido de novia...