-Un brindis ¡Por Generacion Q!- grito Mishu-
Un hermoso ambiente de fiesta y alegría podía verse, el debut fue un éxito, varias firmas, patrocinadores y empresas expresaron su interés por el grupo.
Su primer álbum se llama "Geoneresis", nadie sabía lo que significaba la palabra, pero ¿Que importa si se escucha original? Todos estaban contentos y exhaustos, no solo era presentar el álbum, también implicaba socializar, portarse bien y sonreír intentando ser amables constantemente.
-Me encantó tu presentación, además te ves muy guapo- comentó una señora en la barra- Quisiera hablar contigo de algunos asuntos-
-Pues claro. No hay problema, deje que llamo a mi representante para...-
-Oh Mister, no será necesario es algo que un muchacho tan guapo e inteligente como tu podra entender, ven vamos a un lugar más tranquilo-
Todos estaban ocupados, Mister vio a una mujer mayor tierna y maquillada. Su peor error fue pensar que por su edad era una buena persona. Salieron del salón de fiesta, adentrándose a lugares donde solo un mecánico o un conserje entrarían.
-¿No le parece que hay lugares mejores?- pregunto mientras miraba la humedad de las paredes y sentia lo frío de aquel lugar-
-Oh Mister- dijo la señora mientras cerraba la puerta detras de si- No quiero que nadie se copie de mi propuesta-
-La escucho- y sonrió amablemente-
A pesar de ser el mayor del grupo, Mister en su mente aún era ingenuo y pensaba que todos tenían buenas intenciones. Toda su vida intento complacer a sus mayores, padres, profesores y jefes. Tuvo una sola novia, pero debido a su dedicación al trabajo ella lo dejó, su maldad es muy poca, así mismo que su capacidad para detectar gente con maldad.
Su único defecto es que no sabe tomar decisiones ni poner límites.
-La fama...da sus frutos pero lleva mucho tiempo. Y se que tu familia a dado mucho por ti, y espera esos frutos- cada vez se acercaba más a Mister, pero el aún no comprendía lo que sucedía-
-Justamente por eso me estoy es- esforzando...¿Señora?- la mano de aquella anciana acaricio su mejilla mientras con la otra tomaba su mano-
-Debe esforzarte conmigo- susurro y comenzó a acercar su mano a rostro-
-Disculpe, no quiero faltar respeto a su marido- dijo alejándose, aunque no podía soltar sus manos de ella-
-No te preocupes, el hace años está en estado vegetativo- dijo mientras comenzó a dirigir su mano entre sus pechos arrugados- Hace años que no siento el calor de un hombre, no te disculpes por eso-
Mister se sentía asqueado, pero estaba paralizado por el miedo y la sorpresa de semejante propuesta inadecuada, entonces se escuchó un estruendo.
-Disculpe, señora Chuan- entonces aquella mujer se acerco- Su reunión privada terminó-
-¿Disculpe?- exclamó ella sorprendida mientras aquella joven separaba sus manos y se ponía entre medio de ellos-
-La disculpo, la próxima vez no la voy a disculpar- dijo seriamente Leticia- Recuerde que usted no es más que una hormiga, la próxima vez que la vea, no llamare a seguridad, más bien me encargaré de llamar a la prensa-
-Maldita.¡¿TU SABES QUIEN SOY?!-
-Una vieja arrugada, que tiene un marido semi muerto. Sus empresas están distribuidas por todo el país, pero quien se hace cargo es su hijo que tiene un grave problema con la cocina y le debe dinero a El Hoyo- Leticia en ningún momento cambio su tono de voz, parecía serena y tranquila- La conozco, pero usted a mi no-
Aquella vieja, simplemente quedó muda y se fue. Mister simplemente estaba mudo, aún no podía esbozar ninguna palabra.
Aquella actitud valiente e intimidatoria que lo salvo lo dejo mudo. Ella, no dijo ninguna palabra en toda la fiesta, simplemente lo acompaño y dio a seguridad un papel.
Mientras Mister estaba con su representante contándole lo que pasó, vio simplemente a Macarena hacerles señas a Leticia, ella simplemente se despidió de algunos productores y desapareció.
Fue el único momento en que las vio, pasada la media noche, ninguna de aquellas mujeres estaba. Ni las productoras ni esa vieja, fue una noche extraña pero no fue traumatica.
Al terminar la fiesta, cada uno se fue a su hogar y mientras intentaba dormir, en su corazón, Mister decidió agradecerle a Leticia por todo, con un presente al día siguiente, pero su reacción no fue algo que el esperara.
-¿Y esto porque? No comprendo- fueron las palabras de ella. Todo el mundo estaba atento, ya que era extraño que uno de los jóvenes expresará gratitud y más en público en plena cafetería.