Hoy era un día bastante hermoso, no había demasiado sol estaba nublado pareciera que el día de hoy sería bastante calmado. Trabajaba en una librería era la herencia que mi madre me había dejado era una mujer tan hermosa la mejor de todas estaba un poco triste ya que hoy se cumplían dos años desde que se fue me había enseñado tantas cosas buenas como malas pero aun así la extrañaba demasiado era lo único que me quedaba, mi padre nos había abandonado desde que era muy joven, mi madre solía decirme que él no se había ido porque no nos amara que algo tenía que haber pasado para que no volviera, aunque mi madre lo defendiera nunca estuve de acuerdo con ella para mí él nos había abandonado no importara la causa el ya no estaba pero aun así a pesar de todo ella siguió amándolo hasta su ultimo respiro.
Gracias a eso lo odiaba siempre le dije a mama que no lo necesitábamos era suficiente mientras estuviéramos juntas, pero nunca estuvo de acuerdo conmigo, siempre vivió con la esperanza de que el volviera, pero hasta la fecha nunca lo hizo.
Hoy iría a visitarle después del trabajo, tomé mis llaves y salí rumbo a la librería, no estaba muy lejos de casa por lo que no necesitaba tomar el autobús, camine por unas cuantas calles hasta llegar, entre y me asegure que todo estuviera en orden para poder abrir.
El día estaba muy tranquilo, tome unos cuantos libros y comencé a ordenarlos en los estantes, había pocas personas que venían, no a todos les gustaban los libros pero yo los amaba cada palabra podía hacerte sentir emociones sinceras eso no pasaba muchas veces en la vida real, la maldición de cualquier lector era que jamás podremos tener un romance como los que ocurrían en los libros las personas de hoy en día no eran sinceras con sus sentimientos y mucho menos estaban dispuestos a dar lo mejor de sí para poder vivir un amor sincero y puro.
Cuando termine de ordenar escuche como se abría la puerta, así que me dirigía al escritorio para poder registrarlo, era un chico bastante extraño parecía extranjero, estaba segura de que nunca lo había visto por el pueblo, el lugar donde vivía era un pequeño pueblo a las afueras de una ciudad baste concurrida por lo que algunas personas solo venían de paso, pero nunca entraban a librería ya que solo buscan víveres o algún lugar para hacer sus necesidades.
- Buenos días, por favor anote su nombre aquí junto con su identificación es para que pueda registrarse - El solo me miro fríamente y comenzó a anotarse, parecía bastante extraño, termino de apuntarse no dijo nada más y comenzó a caminar por los pasillos me pareció algo grosero de su parte, pero no le di mucha importancia lo más seguro era que no volvería a verlo.
Pasaron unos cuantos minutos y aquel hombre se sentó en una de las mesas que tenía para poder leer, parecía tan concentrado había elegido un libro de mitología me pareció algo interesante muy pocas de las personas que asistían a la librería lo elegían la mayoría de ellos era personas de avanzada edad, el no parecía tan viejo, pero supongo que le gustan las historias antiguas.
Pasaron las horas ya era algo tarde y ese chico seguía aquí había estado leyendo ese libro sin parar, ya faltaba poco para que cerrara no sabía cuánto tiempo iba a estar aquí, debería decirle que se vaya, pero a la vez me daba algo de vergüenza correrlo, pero aun así tenía que hacer de lo contrario no podría visitar a mi madre le había comprado un ramo de girasoles eran sus favoritos no quería que se marchitaran antes de llevárselos.
Mientras trataba de armarme de valor para decirle que se fuera no me había dado cuanta que él ya se había levantado de su asiento, cuando menos pensé él ya se encontraba en el escrito.
-Lamento haberme quedado tanto tiempo, estaba tan concentrado en el libro que no me di cuenta de que ya ha pasado tanto tiempo, aquí tienes una compensación-Dejo algo de dinero extra en el escritorio, tomo su identificación y salió de la Liberia sin decir nada más, estaba tan sorprendida pero igual no iba a enojarme el dinero extra me era de mucha ayuda así que lo tomé y empecé a limpiar la librería antes de salir.
Llegue al cementerio en unos cuantos minutos el pueblo era algo pequeño así que todo estaba bastante cerca, llegue a la tumba de mi madre quite las flores marchitas y puse las que había comprado antes, me quede unos minutos en silencio no sabía que decirle estaba tan triste, hablar de lo que sentía no era unas de mis mejores cualidades, solo deje que las lágrimas salieran, todos los buenos momentos que pasamos juntas los llevaba en mi corazón, aunque ya hayan pasado dos años desde su muerte jamás voy a poder superarla, sabía que ella estaba viéndome desde el lugar en donde estaba. Me sequé las lágrimas le dije adiós y me fui me costaba tanto, aun no me hacía a la idea de que ella no estaba simplemente no podía aceptarlo.
Al llegar a casa tomé una ducha y me acosté, estaba cansada este día había sido largo. Estaba tan profundamente dormida hasta que escuche el molesto sonido de la alarma, me levante como pude me cambie, me hice el desayuno, hoy no quería abrir la librería quería tomar el resto del día solo para mí, tome mis llaves y salí a pasear un poco por los alrededores hoy también estaba algo nublado fui a caminar un poco al parque no había nadie los niños estaban en la escuela así que todo estaba muy tranquilo, me senté en el parque saque un libro de mi mochila y comencé a leerlo.
Después de unos cuantos minutos algunas personas comenzaron a llegar al parque, había muchos padres con sus hijos pequeño eso me hacía recordar mi niñes a pesar de todo había sido maravillosa, seguí concentrándome en el libro hasta que un hombre se sentó a mi lado lo cual era muy incómodo ya que había muchas bancas bacias en el parque, decidí pararme he irme a otro lado cuando estaba por hacerlo el hablo.
-Fui a tu librería, pero estaba cerrada- Me di la vuelta para saber quién era la persona que me hablaba me sorprendí un poco al ver al chico del día anterior, él no me veía a la cara solamente estaba sentado mirando al frente, cada vez me parecía más extraño.
-Yo me tome el día libre por hoy- Dije con un poco de nerviosismo, me sorprendió un poco que se haya acercado a hablarme simplemente hubiera bastado con pasar de largo.
-Entonces volveré mañana, disfruta tu día libre- Dijo para después ponerse de pie antes de irse extendió la mano sujetaba un café -Esto es para ti espero que lo disfrutes- Tome el café un poco sorprendida -Gracias, lamento las molestias- no sabía que decir me sentía algo nerviosa y sorprendida a la vez, el solo me sonrió dio la vuelta y se fue.
No esperaba volver a encontrarme con él, creía que había venido de paso como cualquier otra persona que no reconocíamos, tal vez había venido a visitar a alguien, no creo que se haya mudado aquí parece un hombre de negocios tal vez solo se quede poco tiempo en la ciudad.
Pasaron las horas termine de leer el libro y me fui a casa aún era algo temprano, me puse la pijama y empecé a ver algunas películas, aun no podía sacar de mi mente a aquel chico me parecía algo extraño en su forma de actuar parecía que no le importaba nada en el mundo más que el daba la impresión de ser alguien narcisista y egocéntrico, tampoco recordaba su nombre estaba segura de que se había registrado aquel día en la librería pero lo había perdido tenía mucha curiosidad el saber quién era ese tipo pero no me gustaba el hecho de que pensara volver a la librería, estaba tan cansada que no me había dado cuenta de que ya era de noche apague el televisor y me fui a dormir.