La voz de Elly Campbell no era alta, pero en este lugar ya de por sí poco poblado, era suficiente para ser escuchada.
Sean Lentz sintió un dolor ardiente en su rostro mientras observaba a las pocas personas en la sala VIP mirarlo con desdén.
Su corazón detestaba a Elly Campbell por abofetear su cara delante de extraños, pero al ver la actitud sobreprotectora de Adam Jones a su lado, no pudo pronunciar ni una sola palabra de insulto y solo pudo abandonar la sala VIP con la cara llena de ira.
Debido a la situación con William Campbell, Elly Campbell ya estaba muy irritable, y aquí estos descarados padre e hija se juntaron, por lo que no se le podía culpar por hincharle la cara.
—Está bien, no te enojes ahora —dijo Adam Jones con su voz grave—. Alterarse por unas cuantas moscas no vale la pena. Todas han sido ahuyentadas.
Su voz resonó en su oído, sacándola de su enfado.