Adam Jones miraba su figura alejándose, sus ojos poco a poco se tornaban más profundos.
Gatos y perros...
Esa maldita mujer, se atrevió realmente a compararlo con gatos y perros.
Sophie Baker vio que el rostro de Adam Jones se había vuelto extremadamente sombrío, y no pudo evitar sentirse secretamente complacida.
La actitud de Elly Campbell era prácticamente suicida, alejando a Adam Jones con todas sus fuerzas mientras le daba a Sophie la oportunidad perfecta de acercarse a él.
Ella miró con cautela a Adam Jones y susurró disculpándose:
—Lo siento, Adam, no fue mi intención molestar a tu hermana a propósito. Solo no quería que hubiera malentendidos entre ustedes dos por mi culpa.
Adam Jones ya estaba sumamente irritable. Los pequeños juegos de Sophie frente a él solo aumentaban su molestia.
—No te preocupes por eso, tu presencia no afectará mi relación con ella —dijo él con frialdad.
Con una expresión fría, dejó caer esas palabras y se fue sin mirar atrás.