—¿Y luego qué, estar en deuda con él? Nunca pretendí aumentar mi fuerza basándome en una mujer como tú lo haces. Dices que amas a Rosalind y sin embargo te casaste con Katherine, ¿para qué, solo para obtener un tratado de paz? —le espeté de vuelta.
Se pellizcó el espacio entre las cejas.
—Sabes que padre lo había decidido, nunca quise casarme con Katherine, pero estoy asumiendo responsabilidades, no culpándola por todo esto. Tú fuiste quien esparció el rumor de que te quedaste con las propiedades de sus padres, definitivamente, ella te culparía por eso. Al menos sé honesto con ella e intenta vivir una vida pacífica. O simplemente toma las propiedades de su padre y devuélveselas —explicó Charles, pero yo me mantuve callado.