—Tienes glaseado en la cara, Casio —le dije, pero el hombre solo levantó una ceja—. Déjame limpiarlo por ti.
—Lo limpiaré yo mismo —dijo mientras tomaba el paño del mostrador y se limpiaba la cara.
Cortó el pastel en silencio y me pasó un gran pedazo y tomó uno para él. Una vez más se veía muy serio, y aquí pensé que su humor estaba mejorando.
Tomé un pequeño trozo con el tenedor y lo probé, era justo como pensaba, perfecto —el pastel está delicioso, Casio. Es incluso mejor que el que preparé la última vez —terminé y una sonrisa orgullosa floreció en sus labios.
—Es porque ambos lo hicimos juntos como un equipo —dijo y yo asentí.
—Si solo pudiéramos trabajar como un equipo en cada asunto, los resultados hubieran sido perfectos
Ambos comimos en silencio una vez más, cuando dije —ummm, no te estaba comparando con nadie. Me disculpo si te sentiste herido porque mencioné a Damien —dije seriamente y él parpadeó.
No esperaba que me disculpara pero era necesario.