—¿Por qué está tomando tanto tiempo? —preguntó en un tono frustrante haciendo que su boca se abriera de asombro. Parecía preguntar como si fuera una comida con tiempo de cocción determinado que estaba tardando demasiado en cocinarse.
—Voy a irme Casio, estoy cansada —respondió con una mirada fatigada, y Casio sabía que así sería. Ya era suficiente que ella hubiera aceptado ayudarlo, así que si se iba él no podría hacer nada, ¡pero el pequeño monstruo ya estaba duro de nuevo y necesitaba ser domado!
—Espera, entonces te ayudaré —dijo apresuradamente antes de que ella pudiera irse, ella lo miró interrogativamente, pero luego él movió su mano y cubrió la de ella.
Él ayudó a Marianne a mover su mano arriba y abajo como ella había estado haciendo y medio minuto después, ¡él explotó otra vez!
Dejó de mover su mano y mantuvo la de Marianne en su lugar para que ella no iniciara otra erupción volcánica.