Punto de vista de Cassius
¡Nunca había pensado que pudiera sentir tanta vergüenza en un solo día! Pero como si el dios hubiera diseñado especialmente todo el día solo para hacerme darme cuenta del clímax de la incomodidad.
Ahora todo lo que quería era un momento de paz. Mejor que duerma, de todos modos no he dormido en las últimas 48 horas. Pero antes de que pudiera caminar hacia la cama, escuché su voz.
—Cassius, quiero saber algunas cosas de ti —dijo ella.
Me di la vuelta para verla mirándome con una extraña calma, que no estaba ahí cuando había entrado.
Asentí y me senté en el otro sofá.
—¿Qué es? —pregunté.
—Mi tienda, fui allí hace unos días. Mi padre todavía tiene su propiedad —declaró ella y mi agarre en el vaso se tensó.
—¿Por qué has engañado a todos? —preguntó y yo sonreí con suficiencia.