Punto de vista de Casio.
—Su alteza, su alteza ya partió hacia el palacio real —dijo Francis con una cara llena de alivio.
Eso solo indicaba que había tenido éxito en su tarea, y si no, su sonrisa radiante era una clara señal.
—¿Hay alguna otra tarea para mí hoy?
—No, puedes retirarte
—Sí, su alteza
Observé los expedientes con la esperanza de que todo el trabajo estuviese terminado antes de que ella regresara para que pudiéramos tener una larga conversación. Le diría la verdad sobre Isabela y su padre en caso de que a ella le encomendaran algo más también. El asunto se estaba complicando más de lo que había pensado.
—Padre, ¿puedo entrar?
—Sí, Killian, puedes entrar
Miré al chico que se veía sombrío y no necesitaba que me dijeran por qué.
—Padre, madre ya partió hacia el palacio —mira que ni siquiera me preguntó cómo estaba como siempre, estaba demasiado molesto para preocuparse por las etiquetas.