—Si amas a alguien más, y estás casado con otra persona, ¿qué elegirías? ¿Permanecer encerrado en una jaula o dejarlo todo y quedarte con la persona que amas? —decir que sus palabras no me afectaron sería una mentira, el líquido amargo en mi boca, lentamente pasaba por mi cuerpo haciéndome aún más melancólico.
—Cuando Isabela dijo esas palabras, estaba enfadado, molesto, pero darle una bofetada fue suficiente para hacerme sentir mejor y luego su comportamiento hacia mí en los últimos días, parecía que le importaba, pero ahora que lo había preguntado directamente, me hizo sentir algo más que roto.
—Qué extraño es, siempre planeo dejarlo, tomar mi venganza pero cada vez que hace eso me siento roto y traicionado, ambos sabíamos que estamos casados solo de nombre, aún cuando me pidió permiso para finalmente liberarme de esta jaula dorada, aún así me sentí abandonado.