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De esta manera sola, lograba mantener su compostura sin ningún cambio en su expresión facial, ¡aparentando estar tan tranquilo como siempre!
Zhu Yuan era conocido por su postura inquebrantable, ni demasiado humilde ni demasiado orgulloso. Respondió con calma —Mariscal, siempre he estado devoto al Príncipe Xiao y seguiré sus órdenes.
La furia del Mariscal Wang era tan intensa que golpeó la mesa con la mano, haciendo que una copa de vino se volcara y derramara su contenido. Exclamó —¿Te atreves a reclamar lealtad al Príncipe Xiao en el territorio de Chu? ¿Olvidas quién es el emperador aquí?
Zhu Yuan se arrodilló y dijo —Mariscal Wang, por favor calme su ira. Al final, solo usted sufrirá por ella.
Aún así, solo él sabía si había cometido un error.
Los Generales Hu y Shi llevaban expresiones graves. No esperaban que Zhu Yuan hiciera tal afirmación frente al Mariscal Wang, dejándolos inciertos sobre su verdadera lealtad.