—Ahora que han pasado dos días desde que despertaste, puedes irte hoy —la enfermera que estaba frente a mi cama me dijo—. Puedes quitarte las vendas después de una semana. El doctor dijo que tu tasa de recuperación es maravillosa, así que estarás bien en poco tiempo.
—Está bien.
—Entonces me retiraré —dijo ella y caminó hacia la puerta.
—Creo que no había restricciones respecto a los visitantes, ¿verdad? —pregunté y ella se detuvo.
—Además de los reporteros, las personas relacionadas contigo podrían visitarte en cualquier momento —respondió inmediatamente.
—¿Y el empleado que estaba en la escena no vino?
—¿La chica? Vino el primer día cuando estabas inconsciente pero no volvió a venir.
—Ya veo.