Savannah no sentía vergüenza ni reticencia porque su corazón había sido entumecido por su indiferencia. Ahora solo quería terminar la disculpa rápidamente. Abrió la boca para hablar, pero justo entonces, todo se volvió negro y cayó al suelo desmayada.
Lo último que recordaba eran las exclamaciones de sus colegas y la ansiedad en sus ojos.
Debe ser su ilusión.
* * *
Savannah estaba en el hospital cuando despertó.
—¿Despierta? Bueno, ¿qué te pasa? —Fiona corrió hacia su cama, suspirando aliviada.
Savannah sacudió la cabeza y se apoyó en los codos. —¿Qué me pasó? ¿Por qué estamos aquí? ¿Me desmayé?
Fiona asintió. Le contó a Savannah que se había desmayado en la sala de conferencias justo ahora. Luego, Jenkins pidió a un colega que la llevara al hospital. Fiona, en el departamento de planificación de al lado, al enterarse de lo que le pasó a Savannah, inmediatamente solicitó permiso a su líder y luego envió a Savannah al hospital con ese colega.