Savannah recordó algo.
—¿Te llamó por su compromiso con Charlotte? —preguntó, tratando de ignorar el dolor en su voz temblorosa.
Jacob era una persona directa y no sabía cómo mentir frente a una chica. Bajo su mirada atenta, suspiró y asintió —me pidió ser el padrino en su fiesta de compromiso... a principios del próximo mes.
Sus palabras le dieron a Savannah un punzante dolor en el corazón. El color se esfumó de su rostro, y no habló durante mucho tiempo.
Su matrimonio con Charlotte no era una broma. Estaba por suceder.
—Savannah, ¿qué pasó entre ustedes? ¿Debería ir a hablar con él por ti? —Jacob no podía soportar ver la expresión de desolación en los ojos de Savannah.
—No. Gracias, Jacob. —Savannah se fortaleció y tragó toda la tristeza.
Afortunadamente, alguien tocó a la puerta.
—Debe ser Olivia. Tengo que irme. —Ella forzó una sonrisa.
La puerta se abrió, pero en lugar de Olivia, era Matt.